Las fracturas internas de Morena en Puebla, sobre todo el conflicto entre el gobernador Miguel Barbosa Huerta y la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, podrían ser aprovechadas por la oposición en las elecciones de 2021, por lo que se necesita una reorganización “de emergencia”.
Así lo consideró el catedrático de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Miguel Calderón Chelius, quien previó que la entidad vivirá unos comicios intermedios “ríspidos y desangelados”, tras la conmoción nacional durante las elecciones federales de 2018, cuando Morena se apoderó de la mayoría de los espacios, principalmente de la silla presidencial con Andrés Manuel López Obrador.
En entrevista con este medio, Calderón Chellius manifestó que la fuerza gobernante en el estado ha presentado “fracturas importantes” en su interior, mismas que son visibilizadas por las pugnas entre los titulares del Ejecutivo estatal y municipal.
“Lo que estamos viendo en la capital es una guerra política declarada y frontal entre correligionarios de Morena, en vez de asegurar un frente común que asegure la ratificación del mandato en la capital”, comentó el académico.
Cerrar espacios a la oposición
Manifestó que esta situación abre la puerta a que la oposición lo aproveche la situación, pues, a consideración de Calderón Chelius, “está en muy malas condiciones” y usarán este golpeteo y la actual contingencia sanitaria para sacar ventaja,
“No tiene una ventaja (la oposición), lo que justamente da pie es Morena, y daría la impresión de que incluso el gobierno del estado prefiere que pierda Morena, con tal de que no gobiernen sectores con los que no está de acuerdo en el propio partido (en referencia a Rivera Vivanco)”, declaró.
Por lo anterior, consideró que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) debe realizar “un trabajo de reorganización de emergencia”, a fin de “no seguir abriendo espacios a la oposición”.
Barbosa Huerta y Rivera Vivanco mantienen una relación conflictiva desde enero de enero de este año, pues han chocado por temas como el control de la seguridad en la capital, pleito que escaló hasta tribunales federales, el manejo del ambulantaje, y recientemente las obras del Centro Histórico.
Asimismo, la alcaldesa sostiene una pugna con cinco concejales morenistas de cuerpo de regidores, el autodenominado “G5”, quienes han manifestado concordar con el gobierno estatal, pero no con la gestión municipal.
