Tras ser deportado de Estados Unidos, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, extitular de la Sedena, llegó a México en libertad; en tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo confiar en la investigación y pidió a la FGR informar al respecto.
Este lunes, durante la conferencia de prensa matutina del mandatario, Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores (SRE), refirió que el militar llegó a México el miércoles a las o a las 18:40 horas al hangar de la Fiscalía General de la República (FGR), ubicado en el Aeropuerto de Toluca, Estado de México.
A las 18:45 descendió de la aeronave, “vestido de ropa formal y corbata”, y agentes de la Fiscalía lo acompañaron hacia una sala privada en las oficinas del citado hangar, “donde se le practicó, con su anuencia, un dictamen pericial médico para la constancia de su estado de salud al arribo a nuestro país, el cual resultó favorable”.
Posteriormente, el agente del Ministerio Público de la Federación le notificó formalmente sobre la existencia de una investigación en la que él se encuentra involucrado. A las 19 horas con 12 minutos, el general se retiró de las oficinas de la Fiscalía y así terminó la diligencia.
Ante esta situación, el presidente se pronunció por esperar a que dé resultados la investigación que abrió la FGR contra Cienfuegos Zepeda, con base en la realizada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el cual retiró todos los cargos que pretendía imputarle, en un acuerdo inédito con el gobierno mexicano.
Insistió en que su gobierno no permitirá la impunidad si se hallan pruebas contra el general, pero también aseveró que no dejará que se fabriquen evidencias para inculpar a “inocentes”.
“Y también decirles que ya no vamos a seguir informando más, o sea, sólo que lo amerite, si ustedes preguntan pues voy a tener que contestar, pero me gustaría más, precisamente, por la independencia y la autonomía de la fiscalía que sea esta dependencia la que esté tratando ya este asunto”, agregó.
Agencias extrajeras no pueden juzgar a mexicanos, señala
El presidente también sostuvo que las agencias extranjeras –en referencia implícita a la DEA– no tienen derecho a juzgar a mexicanos sin pruebas, y criticó a quienes defienden que estas corporaciones tienen la verdad a diferencias de las mexicanas, estigmatizadas por la corrupción, pues reiteró que en su gobierno ya no hacen las cosas como antes.
En este sentido recordó que, desde el inicio de gobierno, se pronunció en contra de que Estados Unidos coopere con México con acciones armamentistas como la Iniciativa Mérida y el operativo Rápido y Furioso. En cambio, insistió en su planteamiento de la cooperación para el desarrollo.
