“Al rato vengo por mi hijo, voy a un evento” son las últimas palabras que se escucharon, el 31 de enero de 2017 en Tehuacán, de Roxana Saraith Sánchez Olguín, quien a la fecha sigue desaparecida y la única información que se tiene es que fue a un evento en Ciudad Serdán.
Así es como Guadalupe Varillas narró el caso de su familiar, a quien describió como una buena persona que se juntó con “gente mala”; en ese entonces tenía 30 años y dejó un hijo de 12 años al que tres días antes le festejó su cumpleaños.
En entrevista con este medio, contó que Sánchez Olguín tenía 5 años que se había ido de la casa de su mamá porque se juntó con el papá de su hijo, pero al poco tiempo se separaron y se fue a vivir con su comadre, cuya vivienda se encontraba, a mucho, media hora de distancia.
“Mi nieto tiene ahorita 15 años, el 28 de enero de 2017 había cumplido sus 12 años; es complicado como ha vivido porque una madre nunca la van a sustituir, trato de ponerle la atención, de ser su madre para él, hasta donde yo pueda. Es buen estudiante, es buena persona”, pronunció.
Explicó que empezó a juntarse con “personas no adecuadas” y primero le dijeron que prestara su nombre para un bar que era supuestamente de su exsuegro, donde iba a quedar como administradora, pero no procedió, por lo que lo dejó.
Salió a un evento y no regresó
Posteriormente, indicó que comenzó a salir con un grupo de 10 mujeres, con quienes se metió a trabajar como edecanes en eventos; a varios lugares y empezaron a conocer hombres y una de las chicas tuvo una relación con uno de ellos.
Indicó que el día de la desaparición “presintió algo” por lo que le pidió a su hermana que se comunicaran con ella; le marcó y a las 7 de la noche fue el último contacto, pues después de esa hora el teléfono ya sonaba como si estuviera apagado.
Relató que para el miércoles empezó a marcar al celular, siendo hasta las 5 de la tarde cuando una mujer contestó diciendo que había encontrado el chip en un camino de terracería atrás de una iglesia en Esperanza y lo puso a su celular pensando que era de algún conocido.
Dijo que acudió al lugar el jueves y regresó a Tehuacán para poner a denuncia, así como dio a conocer el caso a través de Facebook, y aunque en un principio le informaron que habían encontrado algunos indicios pero no pertenecían a ella.
“A ella se le habló, se le hicieron ver las cosas, se le dijo que era gente mala, pero no hizo caso, yo siento que se trata de una red grande”, dijo, al resaltar que días después apareció en Esparanza el cuerpo encobijado y maniatado de un mujer que era amiga de Roxana.
“Para mí, que la entregaron”
Guadalupe Varillas manifestó que entregó el chip a los ministeriales y la cuenta de Facebook de Sánchez Olguín, pero hasta el momento no hay indicio de dónde pudiera estar su hija, mientras que, por su lado, ha buscado con apoyo del colectivo Voz de los Desaparecidos y si bien han visitado algunos municipios, el resultado ha sido el mismo.
Refirió que apenas en noviembre pasado, la citó la Fiscalía General del Estado (FGE) para practicar la prueba del ADN, pero es lo único que se ha hecho por el caso, por lo que a más de 3 años no hay algo que la lleve a dar con el paradero de su hija.
Al preguntarle porque piensa que pudo tratarse de una red de trata, contestó que, una amiga del trabajo con quien se peleó en julio, desapareció en agosto; Roxana tuvo otra discusión en en diciembre y en enero ya no supieron algo de ella; “para mí, para mí que la entregaron”.
“Ha sido complicado todo este tiempo. Ya se la entregué a Dios, no era mala persona, era muy noble, yo dije, señor, si está viva, en tus manos está, y si ya no está en esta vida, también en tus manos está, no permitas que se pierda su alma y espíritu, porque a ti te pertenece”, exclamó.
