Pese a las villas, el comercio ambulante sigue gobernando en el CH
Pese a las villas, el comercio ambulante sigue gobernando en el CH. Foto: EsImagen
Pese a las villas, el comercio ambulante sigue gobernando en el CH
Pese a las villas, el comercio ambulante sigue gobernando en el CH. Foto: EsImagen

Pese a la promesa de reordenar el comercio informal, el ambulantaje sigue generando caos en el Centro Histórico, pues siguen colocándose de manera desproporcionada, afectando a quienes sí rentaron las villas, así como a los transeúntes y automovilistas.

En un recorrido realizado por Ángulo 7, se comprobó que, a las 11:30 horas, los comerciantes comenzaron a instalar su mercancía en las polémicas villas a lo largo de la calle 5 de Mayo, de la 7 Poniente a la 15, bajo la mirada vigilante de los inspectores de la Secretaría de Gobernación (Segob) municipal, quienes, con playera gris, hacían su rondín a paso lento sobre el corredor.

No obstante, tanto su presencia como la de los policías dejó de ser perceptible a las 12:30, cuando inmumerables puestos de comida y ropa se colocaron codo a codo junto a las 73 villas, restándoles presencia a estas estructuras, por las cuales han pagado alrededor de 615 pesos por día.

Esto impide que haya una competencia justa para quienes las rentaron, ya que el gobierno municipal estableció que su horario de venta sería de las 15:00 a las 22:30 horas, mientras que los vendedores informales ganan clientela al instalarse desde las 12:00.

Villas, insuficientes para disminuir ambulantaje

Este domingo, la Segob emitió un comunicado donde aseguró que 90 por ciento de dichos espacios ya fueron rentados y, aunque se comprobó que es cierto, esto no implica que haya un reordenamiento, pues los vendedores siguen apropiándose de las calles con libertad, sin una vigilancia estricta de las autoridades.

Ejemplo de ello es la pequeña explanada que se encuentra en el cruce de la 5 de Mayo y la 10 Poniente, donde se ofertan tacos de carnitas y de asada a unos cuantos metros de enormes bolsas negras repletas de basura.

De igual forma, la Plaza de la Tecnología solo puede distinguirse si se levanta la vista hacia sus letras plateadas, pues se encuentra sitiada por puestos que ofrecen casi los mismos productos.

Pese a las villas, el comercio ambulante sigue gobernando en el CH
Foto: Bryan Rivera

Acaparan banquetas

En la 8, 9 y 10 Poniente, los ambulantes acaparan las banquetas, convirtiéndolas en improvisados pasajes mercantiles que dificultan el paso de la gente, misma que se detiene para comprar, ver o que simplemente está de paso, por lo que se ven obligados a avanzar sobre la calle como si se tratara de una nueva banqueta, cuidándose de los autos, las combis y los cambiones que les rozan a centímetros.

Esto, ya que los vendedores no se molestan en hacerse a un lado cuando alguien pasa, lo que provoca que las personas tengan que sortear los puestos, teniendo cuidado de no chocar con otro caminante y asegurando a sus hijos.

Los comerciantes fijos, quienes más se oponían a esta instalación, son los que más descontento expresan; algunos, de brazos cruzados, recargados en la entrada, solo ven pasar a la gente que poca atención les presta, a excepción de aquellos que van directamente por sus productos.

Otros, para no perder terreno, gritan para hacerse notar por encima del reggaetón y la música electrónica que emerge de las bocinas de sus competidores, quienes se cuelgan de los postes de luz.

Fue por ello que el gobernador Miguel Barbosa Huerta anunció que el próximo año meterá las manos de lleno sobre este problema, con el fin de limpiar la imagen de este primer cuadro de la ciudad, considerado como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

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