El presidente de Chile Sebastián Piñera se declaró “en guerra” contra los manifestantes que lo obligaron a interrumpir el alza al precio del transporte e imponer el estado de emergencia y un toque de queda en diferentes regiones; al momento se reportan 13 muertos.
Luego de que el alza al transporte público de 800 a 830 pesos chilenos, aproximadamente 1 peso mexicano, provocara el descontento de miles personas, los estudiantes de los principales centros educativos comenzaron una protesta que hacía el llamado a evasiones masivas del pago en las estaciones del metro.
La medida provocó que las Fuerzas Especiales empezaran con diversos controles de detención en varias estaciones, lo que dio como resultado el choque con diversos manifestantes debido a la intervención violenta de los grupos de seguridad.
Como respuesta, las manifestaciones se fueron agravando causando el incendio de 20 estaciones de metro, así como 16 autobuses quemados y un edificio de la compañía eléctrica ENEL.
Los manifestantes pronto escalaron el tono de las protestas y empezaron a atacar sucursales del Banco Estado, así como diversas empresas transnacionales; Walmart Chile reportó hasta el domingo 125 sucursales saqueadas y nueve completamente destruidas.
Los hechos ocasionaron que el presidente suspendiera el alza al pasaje, así como decretar un Estado de Excepción Constitucional de Emergencia en la región de Santiago, lo que llevó al comandante de Educación y Doctrina del Ejército de Chile, Javier Iturriaga, a asumirse como Jefe de la Defensa Nacional (JDN) en la región Metropolitana y quedó al mando de los efectivos de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública.
La gota que derramo el vaso
El ejército en las calles llevó a recordar a miles de chilenos los tiempos de la dictadura en los 70 por lo que en forma de solidaridad diversas provincias convocaron a salir a las calles a manifestarse.
Lo que muchos empezaron como “cacerolazos”, una forma de manifestación pacífica, terminaron en diversos disturbios y lo que sucedió en la capital se replicó en las provincias con los saqueos a las empresas, la quema de diversos bancos y agencias de automóviles, así como el incendio al periódico “El Mercurio” en la región de Valparaíso.
El toque de queda se extendió a las provincias y en videos de redes sociales se ve a militares vestidos de civil disparando a la población, así como tanquetas y militares disparando a los manifestantes.
Lo que empezó como una protesta por el alza del transporte se ha convertido en una protesta a nivel nacional por la calidad de vida que se vive en el país, debido a los altos costos del agua, luz, gas, el sistema de pensiones, salud entre otros.
Al momento, las protestas aún no cesan y los manifestantes ahora piden la renuncia del presidente, por su parte la Unión de Portuarios declaró paro portuario este lunes, mientras que la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) hizo un llamado a las comunidades Mapuche a un levantamiento más fuerte por las reivindicaciones territoriales.
Hasta el día de hoy se reportan 13 muertos, 11 calcinados y dos baleados; ocho baleados de gravedad; cuatro atropellados; 11 personas con traumatismo ocular; mil 906 detenidos y 10 mil 500 efectivos desplegados.
Además el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile denunció desnudamientos, torturas y abusos sexuales por parte de efectivos de carabineros y el ejército durante las detenciones.
Fuentes: RT / Montevideo / Werken / Periferia-Fanzine / COLMED / El Economista
Editado por Jorge Luna
