México cerraría 2018 con nueve periodistas asesinados, convirtiéndose así en el tercer país más mortífero para comunicadores este año, tan solo después de Afganistán y Siria, con 15 y 11 asesinatos respectivamente.
De acuerdo con Reporteros sin Fronteras (RSF), el año pasado 11 comunicadores fueron asesinados en México, por lo que la cifra de 2018 representaría un decremento del 18 por ciento en un año.
A nivel mundial, 80 comunicadores han muerto por su labor, de los que 63 eran profesionales, es decir que aumentó 15 por ciento respecto a 2017, cuando se dieron 55. Mientras que 13 periodistas ciudadanos y cuatro colaboradores de medios de comunicación completan la cifra.
De los seis países más mortíferos del mundo para los periodistas (Afganistán, Siria, México, Yemen, Estados Unidos y la India), tres –India, México y Estados Unidos– son países en paz, por lo que México es la nación en paz más mortífera para los periodistas.
Lo anterior, debido a que en éste, los reporteros trabajan en temas relacionados con la corrupción de políticos y el crimen organizado, lo que genera que sean víctimas de intimidaciones, agresiones y asesinatos. Asimismo, la impunidad que prevalece “alimenta el círculo vicioso de la violencia”.
El país donde no pasa nada
Por su parte, Artículo 19 coincide que la ola de impunidad ocasiona que las agresiones contra la prensa aumenten pues “en México se puede agredir a un o una periodista y no pasa nada”.
Muestra de ello es la inefectividad de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle), de la Procuraduría General de la República (PGR), pues de mil 120 investigaciones iniciadas, solo en ocho se han dictado sentencias condenatorias.
Según el conteo de estas dos organizaciones, los periodistas asesinados en México son:
Carlos Domínguez Rodríguez, en Tamaulipas, quien fue interceptado el 13 de enero cuando viajaba en su automóvil junto a su hija en Nuevo Laredo. Recibió al menos 24 puñaladas y murió al instante. A finales de marzo, seis personas relacionadas con el crimen fueron detenidas.
Leslie Ann Pamela Montenegro del Real, en Guerrero, fue asesinada a balazos por dos sujetos en Acapulco el pasado 5 de febrero. El viudo de la comunicadora acuso al fiscal del estado de estar relacionado con el grupo criminal que ordenó el asesinato.
Leobardo Vázques Atzin, en Veracruz, fue baleado el pasado 21 de marzo en el municipio de Guitiérrez Zamora, pero en diversas ocasiones denunció ser víctima de amenazas.
Juan Carlos Huerta Martínez fue acribillado el 15 de mayo en Villahermosa Tabasco cuando un automóvil le cerró el paso al suyo y le disparó en diversas ocasiones.
El 29 de junio, el periodista José Guadalupe Chan Dzib se encontraba en un bar de Quintana Roo cuando un hombre le disparó en tres ocasiones.
Menos de un mes después, Rubén Pat Cauich, director del semanario Playa News, fue ultimado a pesar de contar con medidas de protección del Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
El 21 de septiembre, Mario Leonel Gómez Sánchez, reportero de El Heraldo de Chiapas, fue ultimado tras recibir dos impactos de bala. Denunció amenazas.
El 24 de octubre, Gabriel Soriano Kuri, quien regresaba de la transmisión del informe regional del gobernador Héctor Astudillo, fue asesinado tras el ataque a la camioneta de la empresa donde se transportaba.
Alejandro Márquez Jiménez fue el primer periodista asesinado en la gestión de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, el pasado 2 de diciembre. Su cuerpo fue hallado al costado de la carretera Tepic-Pantanal, en Nayarit.
Sin embargo, en el conteo de la organización Campaña Emblema de Prensa (PEC, por sus siglas en inglés) contabiliza 17 asesinatos de periodistas en México y lo ubica como el primer lugar en casos junto a Afganistán.
