Ricardo Pérez Fuentes, académico de la Facultad de Medicina de la BUAP, fue galardonado con la Presea Estatal de Ciencia y Tecnología “Luis Rivera Terrazas” 2018, en la modalidad Ciencia Básica, por sus estudios sobre el control metabólico del diabético.
El doctor en Ciencias, en el área de Patología Experimental, junto con investigadores del Cuerpo Académico Medicina Interna, de dicha unidad, estudió antropométrica, clínica y metabólicamente a familiares en primer grado de pacientes diabéticos para contribuir a la detección temprana de la enfermedad.
A fin de comprender el impacto de los hábitos en las personas en riesgo de desarrollarla, se elaboró una encuesta de 12 reactivos que incluye un conjunto de alteraciones de la función y del metabolismo de carbohidratos, así como parámetros antropométricos, la cual se aplicó a familiares sanos.
De acuerdo con el puntaje obtenido, las personas se ubicaron en riesgo bajo y alto, prediabético y diabético de reciente inicio, además, los resultados fueron validados mediante la aplicación de pruebas bioquímicas, entre estas de tolerancia oral a la glucosa y química sanguínea.
Antojo frecuente de dulce es señal de alerta
De esta manera, identificaron que los ayunos prolongados, antojos frecuentes e intensos por alimentos azucarados, dolor de cabeza en la noche que provoca alta presión arterial, así como disfunción eréctil o problemas de embarazo podrían ser señales de alerta en la aparición de diabetes.
Asimismo, los antecedentes familiares contribuyen a la incidencia de este padecimiento en un 25 por ciento, pues subrayó que la herencia cultural tiene un papel importante en su desarrollo, como el hábito de consumir refresco en la comida y tener lapsos prolongados de ayuno.
Al contrastar la encuesta y las pruebas bioquímicas se tuvo una especificidad mayor al 90 por ciento, por lo que la primera “permite identificar la enfermedad sin necesidad de análisis clínicos, y se traduce en la oportunidad de detectar a los sujetos en riesgo o en el inicio de la enfermedad a un costo bajo y ampliando la cobertura de atención”.
El nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) expuso que una vez detectada la enfermedad entre los encuestados, se logró regresarlos a niveles cercanos a la normalidad mediante la modificación de sus estilos de vida, sin olvidarles que son propensos a desarrollar la enfermedad.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
