Este martes fue hallado el cuerpo en estado de descomposición de un albañil desaparecido, en una barranca de Tepeaca; que se suma a los tres cadáveres localizados el pasado lunes en la junta auxiliar La Resurrección, Acatzingo y Coronango.
Esta mañana, el caudal de aguas negras en la barranca “El Águila” sacó a flote el cadáver en estado de descomposición de un albañil de San Hipólito Xochiltenango, en el municipio de Tepeaca, quien fue reportado como desaparecido desde el 9 de junio.
El occiso fue identificado con el nombre de Juan Antonio V. R. de aproximadamente 36 años, elementos municipales acudieron a llevar a cabo el acordonamiento del lugar para realizar el levantamiento del cuerpo.
Las autoridades locales trasladaron el cadáver al anfiteatro municipal de Tepeaca para que el médico legista le practique la necropsia de rigor, y se inició con una carpeta de investigación.
Lunes encuentran 3 cadáveres
Cerca del mediodía del pasado lunes, habitantes de la colonia 15 de Septiembre, en La Resurrección, reportaron a las autoridades sobre el olor fétido que salía de una obra negra que se localiza en la calle Veracruz y esquina con Durango.
Los primeros reportes indican que el hombre de aproximadamente 60 años falleció aparentemente por causas naturales, ya que se descartó violencia en su deceso, además de que llevaba varios días muerto, pues estaba siendo devorado por sus propios perros.
Vecinos de la víctima comentaron que llegó a vivir al inmueble hace tres años, pero que desconocían sus datos personales, sólo sabían que se ganaba la vida recolectando material reciclable y que luego lo vendía. Quedó en calidad de desconocido.
Cabe recordar que la mañana del pasado lunes, vecinos en la junta auxiliar de San Sebastián Villanueva, del municipio de Acatzingo, encontraron un cuerpo encobijado y con los pies atados semienterrado en un cerro de la Piñonera.
Además, en la localidad de San Francisco Ocotlán, perteneciente al municipio de Coronango, fue hallada una persona ejecutada, quien se encontró envuelto en una bolsa negra de plástico, amarrada con cinta canela.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
