A pesar de la inversión de 84 millones de pesos que hizo el IMSS para la remodelación del Hospital San Alejandro, que empezó en 2012 y concluyó en enero de este año, el inmueble será derrumbado por los daños que sufrió durante el sismo del 19 de septiembre.
Los trabajos que se tasaron en el proyecto tardaron 5 años y fueron para intervenir las áreas de ginecoobstetricia, medicina interna, cirugía general y pediatría, con el fin de mejorar los servicios para los derechohabientes de la capital.
En 2012, el entonces titular de la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Francisco Fraile García, dio a conocer la reedificación total de dicha unidad médica, debido a la falta de equipamiento y la necesidad de condiciones óptimas para su funcionamiento.
El proyecto se adjudicó en tres ocasiones distintas, ya que a las dos primeras empresas se les rescindió el contrato por irregularidades en los trabajos, motivo por lo que la obra se retrasó del tiempo estimado que tenía que ejecutarse, pues se había proyectado que sería en el mismo año cuando estaría listo.
Fue el 25 de agosto de 2014 cuando se dio a conocer que la obra del nosocomio estaría a cargo de la empresa Grupos Constructor Buvecsa, mediante el contrato “Terminación de la reestructuración y remodelación del cuerpo B y obras de apoyo”.
Tres empresas participaron en trabajos
Los primeros trabajos que se realizaron fueron el apuntalamiento de la torre hospitalaria y labores de mantenimiento, esto debido al deterioro que sufrió el edificio con el paso de los años y la antigüedad de la infraestructura, pues contaba con más de 38 años de antigüedad.
Ya para 2015, cuando era delegado del instituto en Puebla, Rodolfo Reyes Coria, manifestó en entrevista que debido a los retrasos que se dieron por parte de las dos primeras firmas, los trabajos terminarían en enero de 2016.
Sin embargo, fue hasta enero de este año, ya siendo delegado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, cuando se anunció la conclusión de las obras.
200 mdp más iban para San Alejandro
En marzo pasado, durante un evento en la Angelópolis, el director general de ese instituto, Mikel Arriola Peñalosa, informó que para este año se invertirían en Puebla 606 millones de pesos en infraestructura médica, de los que 200 millones serían para el de San Alejandro.
Sin embargo, a raíz de que el pasado 21 de septiembre, el presidente Enrique Peña Nieto, en su visita al estado, informó que debido a las afectaciones que sufrió el Hospital General Regional número 36 “San Alejandro”, por el sismo de 7. 1 grados, tendrá que ser demolido y reconstruido en otro lugar.
“Este hospital de San Alejandro es muy grande, es de más de 500 camas, tiene una significativa participación en la atención medica que hay en Puebla, pero principalmente en la capital y va a tener que ser reconstruido, habrá que hacer uno o dos nuevos hospitales”, dijo aquella ocasión tras recorres la zona afectada de San Juan Pilcaya, junta auxiliar de Chiautla de Tapia.
Construcción tardaría 1 año: Arriola
Y es que el día que se registró el sismo, en dicho nosocomio se encontraban 327 pacientes internados; de los que en terapias estaban 23 y en urgencias, 42, por lo que fueron desalojados llevados a otras unidades médicas tanto del IMSS como de la Secretaría de Salud del estado.
El martes pasado, el alcalde Luis Banck Serrato comentó que ya se tiene un predio donde podría reubicarse dicho hospital, que se encuentra al lado del Periférico Ecológico, el cual está siendo evaluando para conocer si cumple con las condiciones que piden, pues entre los requisitos es que debe tener dos entradas alternativas para urgencias.
Sin embargo, de acuerdo con el gobernador Antonio Gali Fayad y el propio Peña Nieto, se plantea que sean dos nosocomios de 250 camas cada uno, ya que el de San Alejandro contemplaba alrededor de 530 espacios, por lo que era considerado el más grande de América Latina.
En una entrevista, en gira de trabajo por Tlayacapan, Morelos, Arriola Peñalosa mencionó que este hospital fue el que tuvo más daños a causa del sismo, por lo que será necesario agilizar los trabajos para demolerlo y construir uno nuevo, aunque, estimó que podría llevarse hasta un año en quedar listo.
