El próximo 19 de mayo se llevará a cabo la elección presidencial en Irán, importante debido al papel que juega la nación persa como líder en el Medio Oriente, su capacidad nuclear y el alto porcentaje de población que participa del ejercicio electoral.
Más de mil 600 iraníes se nominaron como candidatos presidenciales, de los cuales, sólo seis fueron reconocidos por el Consejo de Guardianes como personas calificadas para competir por el poder ejecutivo.
La elección presidencial es importante para la población, porque a pesar de tener una división de poderes, el sistema político iraní es peculiar y permite que figuras no electas por el voto popular tomen importantes decisiones.
Lo anterior se debe a que la estructura del poder se encuentra encabezada por el líder supremo, quien en la actualidad es el Ayatola Ali Khamenei cuya responsabilidad es “supervisar las políticas generales”, además de ser quien presida las fuerzas armadas y el centro de inteligencia nacional.
Mientras que el líder supremo es electo de entre un grupo de expertos cléricos, el presidente se elige por voto directo popular y ocupa un puesto inferior al ayatola y se encarga principalmente de dictar la política económica, firmar tratados internacionales y acuerdos nacionales con los gobiernos locales.
El número de personas que desearon competir por la presidencia es elevado puesto que los requisitos, de acuerdo con la constitución iraní, no son complicados de cumplir, destacan la posesión de la nacionalidad de origen, ser un funcionario experimentado y tener buenos antecedentes así como ser digno de confianza y virtuoso además de ser creyente y musulmán chiita.
Abstencionismo bajo
Las elecciones programadas para el 19 de mayo, esperan una gran afluencia, derivada de la revolución de 1979 que trajo consigo una mayor participación de la sociedad y que reúnen además la elección municipal. De acuerdo con cifras oficiales, tan sólo en las últimas elecciones presidenciales, votó más del 70 por ciento de la población en edad de ejercer este derecho.
La importancia de este ejercicio reside en que el nuevo ejecutivo tendrá que negociar con el líder supremo su posición con respecto al acuerdo nuclear firmado recientemente y también al papel que el país persa deba jugar en temas de terrorismo, la guerra en Yemen, por mencionar algunos.
Además, será un momento clave para la fracción política de los principalistas que conforman el grupo político con mayor número de escaños en el parlamento y que desde 1979 han sido la principal fuerza política pero que en los últimos años se ha visto afectada por los votos efectuados a los reformistas.
Se espera que el actual presidente Hassan Rouhani lidere los votos.
La encuesta refleja que Hassan Rouhani es menos preferido que el candidato Bagher Ghalibaf, exalcalde de la ciudad capital en los temas de solución a problemas ambientales y la reducción de desempleo.
Sin embargo, en la pregunta ¿qué tanto considera que el presidente Rouhani perderá en las próximas elecciones presidenciales? El 42 por ciento contestó que es probable.
Todo lo anterior ocurre mientras el Partido Democrático del Kurdistán Iraní y el Partido Democrático del Kurdistán han amenazado con boicotear las elecciones.
