Militantes del PAN pidieron a su Comité Directivo Estatal (CDE) no buscar venganzas sino la unidad del partido en Puebla, consideraron que la dirigencia no debió ventilar los procesos de expulsión, pues “la ropa sucia se lava en casa”.
En rueda de prensa, Miguel Ayllón Villegas, señaló que desde las elecciones de 2013 se dio una fractura al interior del blanquiazul, ya que la mayoría de candidatos a cargos públicos no eran “verdaderos” militantes. Por ello, consideró necesario que de cara a las elecciones de 2018 la dirigencia estatal de paso a un nueva etapa “más humanista”.
Comentó que en el partido hay democracia y si hubo panistas que no se sintieron representados durante los últimos años, “es momento de que todos los grupos de Acción Nacional con la dirigencia estatal, misma que deberá favorecer a la unidad del partido y ofrecer una disculpa a los 73 militantes con proceso de expulsión por atentar contra sus derechos partidistas”.
“Hay elementos suficientes en el entorno para pensar que tenemos obstáculos, pero el hecho de que hayan ventilado nombres, el hecho de que se cuestione la integridad de ciertos panistas, creo que no es el momento. La ropa sucia se lava en casa”, acotó.
Consideró que el dirigente estatal, Jesús Giles Carmona, debió permitirles a los indiciados detallar los motivos de su decisión, antes de exhibirlos.
“Los verdaderos panistas están de regreso”, aseguran
Cuestionado sobre que la dirigencia obtuvo la información de quiénes apoyaron a Ana Teresa Aranda Orozco de manera irregular, señaló que hay responsabilidades que se deben seguir jurídicamente; sin embargo, al final –dijo—no pasaría nada.
Aseguró que previó al arranque del proceso electoral en noviembre próximo, promoverán foros con las estructuras municipales para mantenerse activos y vigentes, pues sostuvo que “los verdaderos panistas están de regreso”.
Cabe mencionar que Ayllón Villegas, fungió como director del Mercado de Sabores en 2012, año en que presentó su renuncia ante la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo, pues acusó que el ayuntamiento de Puebla abandonó económicamente el mercado gastronómico, además que no coincidía con algunas decisiones de la administración municipal, a cargo entonces de Eduardo Rivera Pérez.
