Con una calificación de 6.7, el sistema penitenciario de Puebla fue el sexto peor evaluado de todo el país, pues en los Ceresos persiste el hacinamiento, la sobrepoblación y el autogobierno; los de Tepeaca, Cholula y Tehuacán son los casos más graves.
Así lo señaló Galilea Cariño Cepeda, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (Idhie) de la Universidad Iberoamericana Puebla, quien argumentó que el puntaje fue resultado de varios informes, oficiales y civiles, así como la evaluación de distintos rubros.
En rueda de prensa, aseguró que el sistema poblano es un “foco rojo” a nivel nacional, debido a la presencia de drogas dentro de los penales, así como la extorsión y el cobro de “privilegios”.
Tras presentar el Observatorio de Prisiones, formado por el Idhie y la asociación Documenta, detalló que para el estudio se tomaron en cuenta la seguridad, las instalaciones, los reglamentos, el sistema de reinserción social, las condiciones de reclusión y algunos testimonios de presos en las diez cárceles de Puebla peor evaluadas por la CNDH.
Marissa Hubert Chakour, coordinadora del programa Sistema Penitenciario y Reinserción Social de Documenta, mencionó que en seguridad, los Ceresos de la entidad obtuvieron 6.5; en instalaciones, 6.4; en respeto a los reglamentos, 5.2; sistema de reinserción, 7.3 y en condiciones de reclusión, 5.
Reina la corrupción
Lo anterior porque señaló que no hay suficientes medidas, protocolos ni personal de seguridad; no hay mantenimiento periódico de la infraestructura; el respeto de los reglamentos internos es “deficiente”, mientras que en sólo uno de cada tres penales existen talleres, programas u opciones educativas o laborales para los reclusos, lo cual “imposibilita su completa reinserción a la sociedad” tras cumplir su sentencia.
En el aspecto condiciones de reclusión, Hubert Chakour afirmó que fue la calificación más baja porque en los sitios “domina” un ambiente de corrupción, donde son comunes los cobros por “protección”, acceso a servicios básicos (como el baño y el comedor) así como el derecho a recibir vistas.
Todo esto –agregó– de acuerdo con testimonios recabados por la organización, ya que no existen datos oficiales sobre el autogobierno que algunos presos realizan con complicidad del personal carcelario, pero que es del conocimiento público.
Por ello, las cárceles regionales de Cholula, Tepeaca y Tehuacán fueron las que obtuvieron las calificaciones más bajas, con 7, 6.5 y 5.6, respectivamente, mientras que la de Ciudad Serdán fue la mejor evaluada, con 8 de promedio por todos los aspectos calificados.
No hay transparencia
Sin embargo, María Sirvent Bravo, coordinadora de la asociación, dijo que aunque no se consideró como un aspecto, la transparencia y la rendición de cuentas del sistema penitenciario del estado también son un caso “muy grave”, ya que en la mayoría de los recintos no cuentan con datos precisos sobre el ingreso de objetos prohibidos, la presencia de menores de edad, el consumo de drogas, las riñas, los presos enfermos ni mucho menos los “castigos” que se imponen dentro.
Incluso, aseveró que hay “discrecionalidad” al aplicar los reglamentos, pues algunos reclusos tienen privilegios que la mayoría no, se aplican sanciones de manera “deliberada y a manera de represalia”, además de que los propios internos son quienes imponen su autoridad.
Ante ello, recordó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió el año pasado una recomendación a cinco municipios poblanos por las condiciones de sus cárceles, además de que realizó 207 visitas a Centros de Reintegración Social (Ceresos) por presuntos casos de tortura, lo cual –indicó- es una señal de lo “deplorable” que es el sistema penitenciario en la entidad.
Y es que de acuerdo con la evaluación hecha por el observatorio y el Idhie, Puebla se colocó por detrás de Chihuahua (4.5), Sinaloa (4.7), Tamaulipas (5.5), Nuevo León (5.8), Estado de México (6) y la Ciudad de México (6.5) como la sexta peor evaluada, con 6.7 de calificación.
BC y Ags, los mejor evaluados
En tanto, Baja California, Aguascalientes y Durango fueron las mejor evaluadas, con promedios de 8, 7.5 y 7.2, respectivamente.
Con respecto al Observatorio de Prisiones, Sirvent Bravo explicó que será una plataforma igual en la que se publicarán informes, estudios y análisis de la situación penitenciaria del todo el país, a fin de que haya información con datos que los organismos gubernamentales no cotejan.
Lo anterior, con el objetivo de “fortalecer el Estado de Derecho, así como el cese de la discrecionalidad y la opacidad del sistema penitenciario en nuestro país”.
