Diabetes afecta el almacenamiento de calcio y repercute en corazón. Foto: Especial
Diabetes afecta el almacenamiento de calcio y repercute en corazón. Foto: Especial

El investigador de la BUAP,  José Avelino Cruz,  descubrió en un estudio, que ratas diabéticas tienen menor capacidad para almacenar calcio en el músculo cardiaco y una menor entrada de este mineral, lo cual, influye en el funcionamiento del corazón.

En entrevista, el académico del Instituto de Fisiología de la BUAP, informó que realiza estudios sobre las señales de calcio en las células cardiacas y de cómo el calcio desempeña un papel esencial en todo el cuerpo humano.

Afirmó que gracias a este nutriente, el corazón es capaz de contraerse y bombear sangre de manera adecuada, y que  su estudio se enfoca en lo que sucede cuando existe mayor o menor concentración de calcio, y que permita encontrar cuáles son las enfermedades que pueden desencadenarse.

Explicó que en las dos principales células del corazón -cardiomiocitos y fibroblastos cardiacos-, el calcio actúa como mediador intracelular o mensajero; es decir, regula los procesos de proliferación y migración, secreción de proteínas y hormonas, entre otras funciones.

Alteraciones en células del corazón por calcio

Agregó que para conocer esta concentración, el grupo de trabajo del Laboratorio de Cardiología Molecular aisló las células del corazón y las incubó con un fluoróforo y al encontrar diferencias en los niveles de calcio en las células, el investigador y su equipo de trabajo dedujeron la existencia de alteraciones en las expresiones de ciertas proteínas.

Expuso que los fibroblastos de las ratas diabéticas tienen una menor capacidad para almacenar calcio, así como una menor expresión de las proteínas llamadas Store Opereted Channel (SOC), o canales operados por los almacenes intracelulares de calcio, lo que ocasiona menos entrada de este ion.

Mencionó que la siguiente fase del proyecto es determinar las consecuencias que implica tener menor concentración de calcio en las células del corazón, en el cual indicó que predominan dos células: cardiomiocitos y fibroblastos cardiacos.

Reveló que los cardiomiocitos son células del miocardio o músculo cardiaco capaces de contraerse de forma coordinada, para generar la contracción del órgano; miden aproximadamente 250 micras, por lo que ocupan un gran volumen en el corazón y son responsables de su trabajo mecánico, razón por la que son estudiados por la mayoría de los investigadores.

En cambio, los fibroblastos cardiacos son células más pequeñas y planas, pero en número son más abundantes: dos terceras partes del total de células cardiacas. Su función se centra en formar una sustancia denominada matriz extracelular, en la que están embebidas todas las células del corazón y la cual sirve como medio de andamiaje para los cardiomiocitos y otras células.

Daño a cardiomiocitos ocasiona fibrosis

Además, sustituyen a los cardiomiocitos en caso de un estímulo dañino; por ejemplo, en un infarto suplen a éstos formando una cicatriz, dado que en condiciones normales no realizan el proceso de contracción, mediante un proceso adaptativo generan proteínas contráctiles para cubrir esta función, las cuales a la larga ocasionan procesos de fibrosis e hipertrofia.

José Everardo Avelino Cruz, también integrante de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas, señaló que otra parte de la investigación se centra en medir la migración de los fibroblastos: qué tan rápido se desplazan estas células de un punto a otro.

Para este experimento in vitro se encontró que en ratas diabéticas los fibroblastos migran menos, en comparación con modelos experimentales sanos. Esa sería una consecuencia funcional de una menor concentración de calcio en las células.

Además, indicó el académico, que dado que el fibroblasto está comunicado de manera directa con el cardiomiocito, a través de uniones comunicantes como si fueran tubos que unen a ambas células, el calcio u otros segundos mensajeros en los fibroblastos podrían pasar hacia la célula vecina por estas uniones comunicantes y ocasionar modificaciones en la expresión de genes, ya que el calcio interviene también en este proceso.

Cabe mencionar que en esta investigación participan los estudiantes de Biomedicina, de la Facultad de Medicina y el responsable del área de microscopía del Instituto de Fisiología, José Luis Córdoba.

Editado por: Alina Escandón

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