La ciclovía que se construirá abajo del segundo piso de la autopista Puebla-México no obedece a los programas de movilidad diseñados para ello, además de que no cuenta con una justificación de política pública que sustente su ejecución.
Así lo señaló, en entrevista, Armando Pliego Ishikawa, del Consejo Ciclista Poblano (Cadena), quien agregó que de acuerdo con el manual de ciclociudades este tipo de obra debe ser bidireccional en ambos sentido, además de que tiene que ser en extrema derecha y no en medio de la vialidad.
Detalló que a pesar de Puebla cuenta con un Plan de Transporte no Motorizado donde se contempla la construcción de más de 100 kilómetros de infraestructura ciclista, e incluye una ciclovía sobre la autopista, no es con las características que se hará.
Insistió en que el gobierno del estado nuevamente no está tomando criterios técnicos ni la Norma Técnica de Diseño e Imagen Urbana para el municipio de Puebla, y que no tiene argumentos del por qué se tiene que hacer en medio de la vialidad y no en las laterales.
“Es una muestra de que nuevamente no existe planeación para este tipo de obras, y que están adaptando la construcción de una ciclovía a la circunstancia específica de que hay un segundo piso en el que se puede meter la ciclovía dentro del espacio residual”.
Sostuvo que no se ha tomado en cuenta los accesos que tendrá la ciclovía, pues los usuarios además de cruzar los tres carriles por sentido para llegar a la misma, tendrían “que cargar” la bicicleta para poder utilizarla, lo cual –dijo– puede ser peligroso.
Sin estudio
En ese sentido, puntualizó que si solamente se puede acceder en puntos sería poco accesible, pues no tendría conectividad porque solamente están llevando de un punto a otro en lugar de conectar el tejido urbano que esta alrededor de la autopista y por ende limitando la posibilidad de maximizar el número de usuarios que podría tener.
Asimismo, Pliego Ishikawa dijo que hasta el momento las autoridades estatales no han presentado un estudio de cuántas personas transitan en bicicleta por esa zona, cual es la utilidad real que tendrá la obra o de cuanta gente sigue utilizando el acotamiento.
Aunque mencionó que la inversión y ejecución de la obra está a cargo de las empresas Pinfra y OHL que fueron las que construyeron el viaducto elevado, aseveró que la parte de abajo de la autopista tendría que estar semaforizada y el límite de velocidad disminuido para garantizar la seguridad de los usuarios.
“Esto lo interpreto como otra obra ocurrente que no tiene justificación de política pública detrás, no hay un programa a partir del cual se pueda argumentar en un sentido técnico la pertinencia de esta obra y, entonces, si no se puede justificar la obra y de repente sale sin previo aviso y sin estudios detrás de la obra estamos hablando de una ocurrencia”, finalizó.
Cabe mencionar que este proyecto fue anunciado por el gobernador Rafael Moreno Valle, cuya gestión terminará en enero del próximo año, por lo que se desconoce si el mandatario electo, Antonio Gali Fayad, la ejecute.