¿Qué es el obradorismo?

Es, entre otras cosas, una propuesta política sencilla: gobernar con autoridad moral para promover la democratización de la sociedad mundial y, con ello, trasformar el sistema oligárquico mundial y producir el nacimiento de un sistema republicano. ¿Cómo se propaga esta propuesta? Se propaga mediante la palabra y el ejemplo.

Si el miedo es un «sentimiento de angustia por un riesgo o daño real o imaginario» o un «recelo o aprensión de que algo suceda y esto es contrario a lo que algunos desean, entonces debemos preguntarnos de frente al obradorismo ¿quiénes sienten angustia (riesgo o daño real o imaginario) con la presencia del obradorismo?, ¿quiénes intentan provocar esta angustia (riesgo o daño real o imaginario)? Sienten miedo quienes han degradado la vida política, el debate público y los valores de la democracia, la libertad y la justicia social. Son las élites internacionales formadas por funcionarios elegidos o designados –seculares o religiosos-; son los principales medios de “comunicación” y segmentos de la academia que han traicionado su ethos, son quienes se han sometido a la dominación y subordinación de un poderoso sin autoridad moral. Sienten miedo los oligarcas y creen, por ello, que todos los demás lo sienten.

Es una parte de la alta oligarquía quien tiene recelo o aprensión sobre la creciente democratización mundial, ya que es lo contrario lo que desea. Es parte de la alta oligarquía la que quiere provocar recelo o aprensión sobre la democratización mundial creciente. Digo que es solo una parte de la oligarquía porque hay evidencias de que la otra parte apoya la experiencia mexicana.

Si conjuntamos estos aspectos podemos concluir que el miedo y el temor al obradorismo es real en la oligarquía internacional, pero intentan inducirlo al resto de la población. El sentimiento de rechazo al obradorismo es porque consideran, desde siempre, que la autoridad moral es una cosa peligrosa para el presente y el futuro.

Algunos indicios que manifiestan este miedo y temor es la presencia de la más grande campaña de redes de la historia de Hispanoamérica, en contra de un personaje. Estamos viendo y viviendo la campaña negra de redes más grande de la que se tenga memoria en algún país hispanoamericano.

La campaña de ataques y contrainformación comenzó el 31 de enero pasado con la publicación simultánea de Tim Golden en ProPublica, en InSight Crime y Anabel Hernández en Deutsche Welle para incriminar al presidente Andrés Manuel López Obrador con dinero del narcotráfico. Los tres publicaron la misma información, pero, como decía mi abuelita revolcada. Su fuente fue la DEA. ¿las pruebas? ninguna.

A partir de ahí comenzó la campaña en medios y en redes con un alcance de más de cuatro mil millones de vistas el #NarcoPresidenteAMLO, que ha durado dos meses. En el camino se han sumado también a la campaña The New York Times y otros medios, incluyendo medios mexicanos. A lo largo de 55 días fueron enviado 26 millones de mensajes contra el presidente de la República y su entorno; 80 por ciento de los cuales son automatizados de cuentas bots y robots. Más del 50 por ciento de las cuentas provienen del extranjero: Argentina, España, Colombia y Estados Unidos.

Quienes se han sumado a la campaña negra han -reiteradamente- tratado de minar, sin éxito, la autoridad moral del presidente mexicano. Su reiterado fracaso los hace sentir miedo y temor frente al porvenir. Frente a ello, el obradorismo es la propuesta mexicana de trasformación para superar la decadencia occidental.

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