Con 28 votos a favor y 10 en contra, el Congreso de Puebla aprobó la minuta enviada por el Senado, para reformar la constitución y hacer modificaciones en el Poder Judicial. Sin embargo, hay que destacar el papel que jugaron la desinformación y todos aquellos que se oponían.
Por una parte, está la fracción que se opuso, integrada por diputados del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quienes, siguiendo la línea de sus partidos a nivel nacional, votaron en contra.
Pretendiendo quedar bien con los trabajadores del Poder Judicial de la Federación que se encontraban afuera del Congreso local, indicaron que esto “no se iba a quedar así”. Asimismo, lamentaron su pérdida como oposición.
¿Tendrá esa determinación algún costo político? Podría ser. A lo mejor no con su militancia, la más cercana, la que se sintió traicionada por el voto de los Yunes. Lo que es cierto es que, lejos de analizar su papel de oposición, siguen en un plan ofensivo que no les permite dar argumentos.
Asimismo, en una especie de nado sincronizado, estuvieron los medios de comunicación que, lejos de informar con veracidad, alentaron la ola de desinformación. “Lamentable la aprobación de la reforma”, “el gobierno busca cooptar el poder judicial”, “se acabó la democracia”, decían.
Se buscó causar terror para estigmatizar a todos aquellos que votaron a favor de este nuevo proyecto. Sin embargo, la reforma en ningún momento pretende meterse o “cooptar” este poder. Más bien, y como se ha señalado en este espacio: busca poner la lupa en donde antes no se ponía.
Es decir, se busca reformar un poder con tantos privilegios injustos, ya que mientras un juez, ministro o magistrado gana hasta seis veces más que el actual presidente, no hay avances en el sistema de justicia.
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La reforma al artículo 35 de la Constitución implica, principalmente, democratizar este poder, haciéndolo de carácter popular. Esto es un arma de doble filo: ahora estos ‘funcionarios’ tendrían alguien a quien rendir cuentas (la sociedad), pero, al mismo tiempo, se podría legitimar a quien solo busque poder.
La reforma tiene limitaciones, y el reto para la próxima legislatura es mejorar el sistema de justicia. Hace falta mirar a las Fiscalías que es donde empieza el entramado: se arman mal las carpetas, no se toman declaraciones, se omite información, etcétera.
De igual manera, el reto para la sociedad y los medios de comunicación es mirar hacia adelante con respeto a la audiencia. No decir injurias ni descalificaciones que alimenten la polarización; por el contrario, deben proporcionar elementos y argumentos para que sea la audiencia quien determine el futuro del país.