Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, enfrenta un reto crucial: asegurar el acceso universal al agua potable en el estado, una problemática que afecta a miles de familias. Según cifras del Coneval, el 13% de la población carecía de acceso a este recurso vital en 2022, lo que equivale a aproximadamente 880,500 personas.

Actualmente, 350 colonias en Puebla y su zona metropolitana reciben agua únicamente uno o dos días a la semana debido a un servicio ineficiente proporcionado por Agua de Puebla, la empresa privada que gestiona el suministro. Además, usuarios han reportado en redes sociales que, incluso cuando hay suministro, el agua llega con tonalidades y características que generan desconfianza en su calidad.

Una concesión cuestionada

Desde su otorgamiento en 2013, la concesión de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento a Concesiones Integrales, operadora de Agua de Puebla, ha sido objeto de críticas.

Inició el 16 de mayo de 2014, con un costo total de un millón 486 mil pesos. A la fecha cuenta con uns infraestructura actual de 204 pozos, siete plantas potabilizadoras, 383 km de líneas de conducción, tres mil 597 km de red de distribución y 212 tanques de almacenamiento.

De acuerdo con estimaciones, la empresa aún tiene un compromiso pendiente de invertir alrededor de 200 millones de pesos en infraestructura hídrica.

Posibles soluciones en la administración de Armenta

El gobernador electo ya ha anunciado que se realizará un análisis detallado sobre los compromisos financieros de Agua de Puebla y la viabilidad de la concesión. Entre las opciones que se contemplan están:

  1. Mantener la concesión, asegurando una supervisión más estricta.
  2. Cancelar el contrato y retomar la gestión estatal.
  3. Suspender el acuerdo mientras se implementan alternativas para mejorar el servicio.

Armenta Mier ha enfatizado la urgencia de tomar medidas para garantizar un acceso digno al agua, especialmente para los sectores más vulnerables, que son los más afectados por la precariedad del servicio.

Un desafío estructural

El acceso limitado al agua en Puebla no solo afecta la calidad de vida, sino que también repercute en la salud, la economía y el bienestar de las familias. Resolver esta problemática requerirá no solo decisiones firmes en torno a la concesión, sino también inversiones en infraestructura y un enfoque centrado en la equidad y sostenibilidad.