A dos semanas de iniciada la campaña en Puebla, los enfrentamientos entre candidatos están aumentando en intensidad. Si esto es lo que sucede ahora, ¿qué podemos esperar cuando llegue el primer debate?
El detonante sin duda es la seguridad y los recientes episodios de violencia en la capital de Puebla. Este tema, como se ha señalado, se politiza en gran medida, sin embargo, todos los candidatos lo han adoptado como bandera.
Otro tema que ha surgido en este “debate público” es la entrega de programas sociales, como los conocidos tinacos azules. El diputado con licencia, Antonio López Ruiz, acusó al personal del ayuntamiento de coaccionar el voto mediante la entrega de estos tinacos a cambio de credenciales de elector.
En respuesta, el equipo de voceros de Armenta Mier comenzó a lanzar una serie de acusaciones hacia Eduardo Rivera Pérez por utilizar el ayuntamiento para atraer votos. El ayuntamiento justificó su acción afirmando que el Instituto Electoral del Estado de Puebla verificaba la entrega de este programa municipal. Respecto al color de los tinacos, se culpó al proveedor.
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Hoy, Enrique Doger Corte revivió el tema de la demanda contra Eduardo Rivera por un faltante de 300 millones de pesos en la cuenta pública de 2013, cuando fue alcalde por primera vez. Esto resultó en una inhabilitación de 12 años en la función pública a partir de 2017.
Por parte de la coalición “Mejor Rumbo por Puebla“, Eduardo Rivera ha insistido en la necesidad de un segundo debate. También cuestionó las obras realizadas por el gobierno estatal y argumentó que la inseguridad en la capital es resultado de delitos federales.
Estamos a un mes del único y primer debate entre los candidatos a la gubernatura, por lo que vale la pena preguntarse: ¿Seguirá aumentando la intensidad de los cuestionamientos?
