Pese a la penalización que persiste en Puebla y creencias arraigadas en la religión, hay miles de mujeres que abortan y médicas, así como médicos, que las ayudan en el proceso por ética profesional, en un contexto donde la ley vigente obstaculiza el acceso a la salud de estas pacientes.
Así lo expuso, en entrevista con Ángulo 7, María, una doctora especialista que lleva 26 años ejerciendo la medicina en la capital poblana y, desde el término de su carrera, orienta a mujeres que deciden interrumpir su embarazo, sin juzgarlas, presionarlas ni exigirles explicaciones.
Pidiendo anonimato, para proteger su consultorio y a sus pacientes, refirió que el rango de edad de quienes se someten a este proceso va de los 20 a los 45 años.
Lo anterior, debido a que muchas están concluyendo sus estudios, tienen problemas económicos o sufren el abandono de sus parejas, por lo cual no tienen muchas opciones, además de que la legislación vigente les bloquea el acceso a la salud, orillándolas a poner en riesgo su propia vida.
“Es complicado que encuentren lugares en donde puedan realizar de manera segura las interrupciones. No todos los médicos y médicas están a favor de las interrupciones. También esa es otra traba”, detalló.
Siempre ha habido abortos, señala
Durante los años 90, cuando ella inició en el ejercicio de la medicina, había mucho más estigmatización sobre estos temas, pero incluso las mujeres ya recurrían a interrumpir sus embarazos y se tenía que probar con diversos medicamentos.
“Esto se ha hecho de toda la vida. Únicamente que, de unos años para acá, ya está difundido y encuentras un poquito más de información [..] Desde que yo me gradué, hace 26 años, me he dedicado a esto”, expresó.
A las personas que en esa entonces recurrieron a la interrupción de su gestación, la especialista y otras colegas de su generación ya les planteaban el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos, pues se enfrentaban a sus propias creencias y sobre todo, culpa por esto.
En palabras de la médico, en estos meses de embarazo se habla de un producto, no de una persona como se difunde por la desinformación que se tiene, ya que aún no tiene conciencia, no toma decisiones.
“Prácticamente es un conjunto de células y si su corazón está latiendo, sí, es uno de los primeros órganos que se desarrollan, pero eso no significa que ya haya un concepto de ser humano, incluso en los primeros ultrasonidos no tiene cara de humano”, sostuvo.
Penalización pone en riesgo a las mujeres
En el campo de la industria farmacéutica, con base a la especialista, existen dos medicamentos que se suministran para la interrupción del embarazo está el misoprostol, cuyo objetivo clínico es la curas de úlceras gástricas pero encontraron que su efecto secundario era el aborto.
Otro fármaco que utilizan en esto es la mifepristona y para su consumo deben de estar recetados por especialistas. No obstante, dentro de esta búsqueda, las mujeres se pueden exponer a dosis erróneas que pueden llegar a la hospitalización por hemorragias.
Por ello, en la capital poblana diversos colectivos como “ddserpuebla”, se dedican a brindarles información necesaria a las mujeres para que puedan abortar, brindan proximidad con quienes pueden ayudarlas y darle seguimiento a sus casos.
Esto, ya que muchas de ellas enfrentan problemas psicológicos después de tomar esta decisión, pues en su mayoría los que defienden su penalización, piensan que al ser legal, las mujeres recurren continuamente a esto, pero no es así y los métodos anticonceptivos, no son efectivos.
Cabe recordar que hay organizaciones como Redefine que dan pláticas sobre derechos reproductivos a estudiantes adolescentes en Puebla, desde los últimos grados de primaria, son importantes para que ellos tomen decisiones informadas.
LPR