A casi cuatro años de la desaparición de Jorge Ramírez Hernández, sus padres pudieron identificar su cuerpo, el cual fue hallado en una fosa clandestina de Huejotzingo desde 2019, pero ellos confirmaron su identidad hasta el jueves por negativas de la FGE a realizar pruebas genéticas.
Eladio Ramírez Romero y María Juliana Hernández Romero, integrantes del Colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, culminaron su búsqueda el pasado 26 de enero con la certeza de que el cadáver encontrado en 2019, junto con otros, era el de su hijo.
De acuerdo con declaraciones de Ramírez Romero a la prensa, Jorge, de 33 años, desapareció en Santa Ana Xalmimilulco el 27 de junio de 2019 luego de que, según un testimonio, fue “levantado” por hombres encapuchados afuera de un negocio de compra y venta de chatarra.
Una de las últimas personas en verlo con vida fue uno de sus tres hijos, quien quedaron en la orfandad, en una parada de camión, donde le dijo que se vería en casa más tarde, pero Jorge no volvió.
Acusan retraso en búsqueda y obstáculos
De acuerdo con el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Eladio y Juliana, los padres de Jorge, enfrentaron dilaciones en el proceso de búsqueda y obstáculos por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) para la identificación del cuerpo.
Desde 2019, el Colectivo solicitó la búsqueda exhaustiva de desaparecidos en las fosas clandestinas localizadas en Huejotzingo, así como la realización de pruebas genéticas para identificar los cuerpos, pero las acciones se emprendieron hasta que un funcionario de la Segob desapareció ese año.
El cuerpo de Jorge y los de otras personas fueron hallados en una fosa de dicho clandestino municipio, pero las autoridades actuaron de manera “selectiva y discriminatoria” porque la mayoría de los cuerpos ubicados en ese momento no fueron identificados.
La FGE no atendió el llamado del Colectivo de priorizar la identificación de las personas halladas y le negaron a la familia de Jorge la solicitud de verificar su perfil genético con los cuerpos encontrados alegando que su filiación no correspondía con los mismos.
Por ello, el cuerpo de Jorge fue enviado a una fosa común hasta que fue exhumado, casi cuatro años después, para realizar las pruebas correspondientes que permitieron su identificación.
Ante este caso, el instituto llamó a la FGE, a la Comisión de Búsqueda de Personas y al Gobierno estatal a garantizar los mecanismos de verdad, justicia y reparación a la familias de desaparecidos, así como procurar un trato digno y humano en las gestiones que conduzcan al retorno de Jorge Ramírez con su familia y en los procesos de esclarecimiento del caso.
Ante la grave crisis en materia forense en México, urgieron a las fiscalías General de la República y estatal a cumplir con la instalación del Banco Nacional y Estatal de Datos Forenses que ordenan las leyes en la materia.
LPR
