“Acción Nacional es un movimiento de mexicanos esforzándose por cumplir con su deber, para ver si es posible lograr que haya en México un positivo renacimiento de la ciudadanía, base única en la que puede fincarse la vida limpia, suficiente y libre de una nación.”

Manuel Gómez Morín

La sociedad ha despertado de eso no podemos dudar, la concentración masiva llevada a cabo el pasado domingo dejó claro que existe una gran conciencia social de lo que está pasando en nuestro país. Entre muchas cosas, el Plan B del presidente que intenta colapsar operativamente al INE motivó a organizaciones civiles a marchar en las calles del país exigiendo respetar a nuestra institución electoral.

La manifestación multitudinaria en la ciudad de México se replicó en más de sesenta ciudades, incluidos en al menos tres de países más. Como en estos casos, la guerra de las cifras entre organizadores y el oficialismo fluctuaron desde los diez mil hasta los quinientos mil asistentes. Pero la experiencia me ha mostrado que el tamaño de una marcha se muestra por la magnitud de la respuesta del gobierno en turno.

La vehemencia de la respuesta mostrada por el oficialismo nos puede dar muestra de la relevancia de la marcha; tratando de desvirtuar el propósito de la concentración masiva se montó una operación mediática para introducir el tema del fallo judicial contra el ex Secretario de Seguridad, García Luna; de igual forma, se aplicó el programa hoy no circula días previos para desincentivar a los asistentes. Posterior a la Concentración en favor del INE, el titular de ejecutivo en su habitual rueda de prensa trató por todos los medios minimizarla, él y sus seguidores.

El líder del partido en el poder federal llegó a la ridiculez de presentar una solicitud para el retiro del registro al partido político más antiguo de México, aludiendo una serie de argumentos torpes e ingenuos, por no llamarles de otro modo. Tal solicitud sin ningún sustento sólo sirvió para ganar algunas notas periodísticas, distraer la atención y me confieso, risa de pena ajena.

Pero invito a no perder de vista lo más importante que el pasado fin de semana ha dejado en una estela rosa por las calles de nuestro país: el presidente puede ser muy querido por sus seguidores, como no dudo que lo sea, pero que somos muchos más las y los ciudadanos libres que lejos de favorecer alguna fuerza de oposición, nos hemos manifestado por defender las reglas del juego democrático y las instituciones que las protegen.

Los partidos que hoy somos oposición a nivel federal y local debemos apreciar este enorme compromiso que nos expone la ciudadanía para tomar sus inquietudes y atenderlas desde ahora en nuestros espacios de participación política y en nuestras propuestas a futuro, porque es ahí donde se da la alianza con la ciudadanía.

Por mi parte, sigo convencido que el poder es del pueblo, que es prestado a los representantes y gobernadores para conducir a las comunidades hacia su pleno desarrollo; sin embargo, este poder –gracias a los organismos ciudadanos como el INE- se renueva cada proceso electoral de manera democrática. El PAN ha sido testigo y actor junto con la ciudadanía despierta, para terminar con setenta años de gobiernos y de la misma manera será, para terminar con los gobiernos populistas que amenazan el futuro de México. Por eso no me cabe la menor duda que marcharemos las veces que sean necesarias para sostener la democracia que ha constado mucho a muchas generaciones construir. Valientes, claros y convencidos que el poder no residen en un hombre sino en la voluntad de la gran mayoría.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.ok: Rafael Micalco Méndez

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Miembro activo del PAN desde 1988, miembro del CEN, consejero Nacional y Estatal; expresidente Estatal del PAN Puebla 2006-2009 y 2012-2015; licenciado en Administración de Empresas; diputado local 2005...