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La autocrítica también formaría parte de los resultados presentados por el Reporte OpiNNA: Navegación Segura por la Comisión sobre Tecnologías de la Información y Contenidos Audiovisuales dirigidos a Niñas, Niños y Adolescentes. Del total de la muestra, 3 900 mujeres (5%) y 8 500 hombres (11%), habrían reconocido una culpa que mostrarían los resultados evidenciados por la Gráfica 7. He molestado a otros/as haciéndoles sentir mal; la afectación se causaría utilizando medios digitales, primordialmente “las aplicaciones de WhatsApp y la red social TikTok”. Poco más de 1 de cada 2 (57%), resultado de sumar al 32% de quienes no se identificarían “con un sexo u otro”, sumadas el 15% de mujeres y a quienes se agregarían el 8% de hombres, recibirían peticiones para compartir “una foto privada o algo que me incomoda”.    

A 7 800 (10%) de los encuestados les habrían solicitado encontrarse con personas desconocidas. La Gráfica 9 revelaría que 1 de cada 5 (20%) de “quienes no se identifican con un sexo u otro”; un poco más de 1 de cada 10 (12%) mujeres, y un poco menos de 1 de cada 10 (9%) hombres, habrían sido objeto de estas peticiones. La nota que acompañaría a esta gráfica abundaría significando a las plataformas en los que sucederían: a las y los menores de entre los 10 a 14 años de edad les molestarían por medio de los videojuegos; en tanto que para solicitar “encuentros” a sus similares de entre 15 y 17 años, utilizarían Facebook y WhatsApp. El reporte de las y los menores: “Me han mandado juegos que puedan lastimarme”, afectaría a poco menos de 1 de cada 10 (8% hombres y 7% mujeres) graficada con el numeral 10; coincidiendo con la notación de los medios digitales que reportaría la gráfica anterior.  El apartado 5.3 y la Gráfica 11 irían de la mano; ambas preguntarían: ¿Conoces a alguien que le pasó algo en Internet que le hizo sentir mal? Y las dos revelarían la misma respuesta: 7 de cada 10 (72%) contestarían que no; menos de 1 de cada 10 (7%) contestarían que no sabrían; en tanto que 1 de cada 5 (21%) que se traduce en 16,738 niñas, niños y adolescentes, señalarían que si. No obstante, la Tabla 1 proporcionaría las respuestas de las y los menores a la pregunta: ¿Sabes si pidió ayuda? Solo 1 de cada 5 (21%) contestaría que sí; menos de 1 de cada 10 (6%) contestaría que “no sabía” y el 0.5 de cada 10 (5%) señalaría que no; el resto, 7 de cada 10 (71%) serían ignorados por quien elaboraría el instrumento y la cuestión se reflejaría en la Tabla 2 denominada ¿Sabes a quién se pidió ayuda? La explicación señalaría: “Al 9% que respondió que tenía conocimiento que pidió ayuda, se le preguntó a quién, con una serie de opciones que se mostrarían en la tabla”, con una reducción drástica que dejaría en entredicho la respuesta de 1 512 niñas, niños y adolescentes que habrían participado, y que mostraría a un sector que se encontraría en grave estado de indefensión. Tan solo el 8.45% de 1 512 equivalente a casi 128 niñas, niños y adolescentes sabrían que alguno de sus amigas y/o amigos habrían solicitado ayuda.  

El Reporte OpiNNA 08 – Navegación Segura (TIC e Internet – Niñas, niños, adolescentes) concluiría con el apartado 6. Orientaciones para la Política Pública propondría realizar “estas acciones”. 1. Diseñar, con las niñas, niños y adolescentes, medidas efectivas para “pedir ayuda [cuando consideren que viven] situaciones de violencia en línea, pero también en su escuela, los espacios públicos y el hogar”, y entender que pedir ayuda la inhibiría. 2. “Promover que niñas, niños y adolescentes sean agentes activos en administrar la privacidad, los servicios de ayuda y reporte de las redes sociales que consumen”. 3. Concientizar “a niñas y adolescentes mujeres sobre privacidad y pedir ayuda”; aunque nada justificaría discriminar a los niños, quienes también forman parte de los grupos vulnerables. 4. “Orientar a niñas y niños en el uso seguro de video juegos”. 5. Demostrarles -porque no la tienen- que los “mecanismos públicos de denuncia” merecerían la confianza de las y los menores. 6. Finalmente y sin faltar mecanismos de inclusión, “consultar sobre su experiencia en navegación en Internet a poblaciones infantil y adolescente con identidades y expresiones diversas”. 

Los resultados obtenidos sobre el particular, coincidirían en los diferentes instrumentos revisados hasta esta fecha, sin importar que se tratara de estudios institucionales como el del Módulo sobre el ciberacoso 2023 (MOSIVA 2023), aplicado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y que se incorporaría a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares, o el del estudio sobre Ciberseguridad 2023, presentado por diversas empresas líderes en tecnología, que participarían en la firma del Pacto Nacional por la Ciberseguridad de las Niñas, Niños y adolescentes, lo mismo que mostraría el Reporte OpiNNA: Navegación Segura, instrumento del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), Gracia.  

La violencia digital y la que deribaría de ella, crecería exponencialmente y se cebaría en los más vulnerables; particularmente en niñas, niños y adolescentes. Combatirla sería una responsabilidad compartida -como señalaría la Senadora Alejandra Lagunes García Soto- que recaería en las escuelas, madres y padres de familia, sector privado interesado en el tema y en las y los menores, quienes deberían reconocer amenazas como el “contenido inapropiado [y el reclutamiento]” para cometer ilícitos; proteger sus datos personales; contarselo a quien mas confianza le tengan; aprender a decir no y entre otros consejos más, eliminar al agresor de su entorno digital. Hasta la próxima semana. 

El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica. 

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