El exsecretario de Seguridad Pública de México Genaro García Luna fue declarado culpable el 21 de febrero del año en curso por el Jurado del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, de cinco delitos: a) participar en la dirección de una empresa criminal; b) conspiración para la distribución internacional de cocaína; c) conspiración para la posesión distribución de cocaína; d) conspiración para la importación de cocaína; y, e) de haber mentido a las autoridades estadounidenses, sobre sus actividades delictivas cuando solicitó la nacionalidad estadounidense en 2018. El juez Brian Cogan, dictará el 27 de junio la sentencia a García Luna que puede ser de 20 años a cadena perpetua.
García Luna fue un funcionario fundamental que dirigió la Agencia Federal de Investigación (AFI), encargada de luchar contra el crimen organizado, durante el gobierno de Vicente Fox Quezada (2000-2006) y fue responsable de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojoza (2006-2012). Ambas instituciones gubernamentales fueron parte sustantiva de la Estrategia Nacional de Combate a la Delincuencia.
Sin embargo, contrario a esta estrategia, lo que demostró el juicio, que tanto la AFI como la SSP facilitaron que un cartel de las drogas, el de Sinaloa, encabezado por el ahora preso en Estados Unidos de Norteamérica, Joaquín Guzmán Loera y actualmente dirigido por el escurridizo Ismael Mario Zambada García “el Mayo Zambada”, se encumbrara en detrimento de otros grupos delincuenciales que fueron combatidos con toda la fuerza del Estado.
Los testimonios emitidos en contra de Genaro García Luna fueron decisivos para que el Jurado lo declarara culpable: aceptar sobornos multimillonarios del cartel de Sinaloa para el traslado de drogas de forma segura a Estados Unidos, evitando la verificación de otras fuerzas policiacas mexicanas.
La culpabilidad de Genaro García Luna muestra la estrategia política de los gobiernos panistas: el surgimiento y consolidación de un gobierno que se puede caracterizar, de acuerdo con Karel Kosik (https://bit.ly/3KNr5Vn), como de lumpenburguesía que está compuesto de nuevos ricos que, a diferencia de otros nuevos ricos normales, combinan las actividades empresariales y gubernamentales con la mafia, las estafas y el submundo criminal. Para la lumpenburguesía es más ventajoso ser un timador, un bandido, un sujeto violento, porque sabe que cuenta con la protección de un poder judicial que lo ayudará a escapar del alcance de la justicia. Entre la lumpenburguesía la diferencia entre lo moral y lo inmoral desaparece, se considera un ridículo prejuicio del pasado.
Los panistas aturdidos por la culpabilidad de Genaro García Luna, tardaron tres días en recuperarse y poder deslindarse del protector del cartel de Sinaloa. Su argumento fue por lo demás frívolo e irracional, al afirmar que Genaro García Luna nunca fue miembro del PAN. Soslayaron lo fundamental: que esta persona fue enjuiciada por sus actividades criminales, no por su militancia en algún partido político, que cometió con la venia de Fox y Calderón quienes lo nombraron responsable de dos instituciones claves para combatir a los grupos delincuenciales. O ¿Acaso los panistas pueden negar este hecho?
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