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La costurera con zurcido invisible a ruptura de Morena; Casa Aguayo con peso en la sucesión poblana

 

Por donde quiera vérsele la llegada de Claudia Sheinbaum ha dejado heridas, algunas superficiales, otras, profundas o al menos una más grave, digna de llamársele “cisma”, pues constituye una separación de opiniones y procederes, un desacuerdo, por tanto una ruptura que deja ver una grieta al interior de Morena, quizá invisible desde las alturas, pero ahí está y puede crecer.

Si fuera un pantalón de casimir, un saco del traje, los afectados por un desgarre, se haría necesaria la intervención de un sastre o una buena  costurera para efectuar un “zurcido invisible” y dejar todo más o menos aceptable.

El papel del sastre lo tuvo formalmente el presidente López Obrador antes de entregar el “topilli” el llamado castellanamente como “bastón de mando”, pero una vez pasado ese momento, la costurera debe entrar en acción, quizá esa sea una de las tareas a incluir en la primera agenda de riesgos de Morena rumbo al 2024.

La postura de Marcelo Ebrard se percibe irreconciliable y la de las demás “corcholatas”, sumisa, negociada, puesta en valor, máxime con la responsabilidad dada a quien se desempeñara como responsable del gobierno interno, al ex titular de gobernación; el papel de Adán Augusto López se percibe indispensable para mantener la llamada “unidad”.

El fabulista Esopo lo escribió en el siglo VII antes de Cristo: “La unión hace la fuerza y la discordia debilita”. ¿Cuántos seguirán la palabra  y el ejemplo de Ebrard? Está por verse, quizá pocos, quizá muchos, pero el riesgo es notable.

Una vez llegada Claudia Sheinbaum a tomar el “topilli” los reflectores se voltean a su mano para buscar adivinar quiénes serán bendecidos para las 9 gubernaturas en juego para el próximo año, Puebla entre ellas.

En los corrillos locales la especulación surgió desde la misma noche del día 6 cuando las encuestadoras le dieron el triunfo. ¿Quién sale fortalecido con su llegada? se preguntaban los testaferros, y concluían que Julio Huerta era la persona más cercana.

Esos mismos alegaron que Ignacio Mier recibía un descalabro, pues su amigo Adán Augusto había quedado rezagado.

Una fotografía de Alejandro Armenta con Julio Huerta abrió el espacio a más especulaciones.

Pero al conocerse que Adán Augusto será el coordinador de la campaña de Sheinbaum, los reflectores empezaron a dar vueltas y apareció la premisa “Nacho sigue vigente, Adán lo protege”.

Casi inadvertida pasó la fotografía de la entrega del “topilli”, atrás del Presidente aparece el Gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, muy cerca de la escena, y hay que recordar que “una foto dice más que mil palabras”.

Obvio es que Sheinbaum influyó en apoyar la decisión de los legisladores poblanos para que Céspedes Peregrina llegara a ser el Gobernador Sustituto. Obvio también que el gobernador mostró su preferencia por “Es Claudia” y que Julio Huerta fue un fiel intérprete.

Luego entonces habría que acomodar las premisas del silogismo. Si Claudia ganó y Salomón está con ella, quizá en Puebla el “zurcido invisible” no sea necesario y se mantenga la unidad entre los activos de Morena, lo que aún resulta complicado de entender es que el senador Armenta sea el beneficiado y entonces, vuelve la especulación, quien quiera llegar necesitará, “sine qua non” del apoyo de Casa Aguayo.

O por lo menos, así me lo parece.

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Video en: https://youtu.be/cn2MO50ZoC8

 

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