Humberto Sotelo

Uno de los ensayos más célebres del célebre sociólogo inglés Isaiah Berlin se intitula “El erizo y el zorro”, en el cual se invoca un fragmento del poeta griego Arquíloco que dice : “El zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una gran cosa”.


Escribe aquel : “los estudiosos han diferido acerca de la interpretación de estas oscuras palabras, que acaso no signifiquen más que el zorro, con toda su astucia, es derrotado por la defensa única del erizo. Pero también puede darse a las palabras un sentido figurado, en que establecen una de las diferencias más profundas que dividen a los escritores y pensadores, y posiblemente, a los seres humanos en general” (Vid. Pensadores rusos, Fondo de cultura económica, México, 1979, pág. 69).

A lo largo de dicho ensayo Berlin se da a la tarea de agrupar a destacadas personalidades históricas de acuerdo a la distinción mencionada. Así, por ejemplo, según él Dante pertenece a la primera categoría (erizo) y Shakespeare a la segunda (zorro).

Aunque se trata de una parodia, curiosamente la comparación entre zorro y erizo ejerció una gran fascinación en los ámbitos de las ciencias políticas y las humanidades hasta hace unos pocos años atrás.

Hemos decidido invocarla en este lugar no porque estemos convencidos de que resulta sociológicamente irrefutable, sino porque nos parece muy apropiada en un sentido literario…y, político.

Cuauhtémoc Cárdenas es, a nuestro parecer, un personaje que encaja en la categoría de erizo. Y creo que esto lo acaba de demostrar una vez más al dejar a todo mundo perplejo al decidir no incorporarse a Mexicolectivo….para desgracia y consternación de quienes promovieron este proyecto.

Cuauhtémoc Cárdenas es, sin duda, un personaje muy controvertido, al que es imposible encajonar en una categoría (¿líder histórico o sólo político notable; dirigente visionario o sólo político astuto?) pero nadie puede negar que es un hombre capaz de desconcertar a todo mundo, comenzando por sus correligionarios antiguos. Entre éstos tenemos a personajes como Porfirio Muñoz Ledo, que al parecer nunca lo entendió, por más que juntos promovieron iniciativas de relevancia histórica como la corriente democrática del PRI.

Abundan quienes le cuestionan su aspecto hierático, su ceño fruncido, su seriedad proverbial, etc., y sobre todo quienes –sobre todo en Morena– le reprochan sus “bandazos”, “sus caprichos” y sus “vacilaciones”, pero son muy pocos quienes conocen a fondo sus ideas y convicciones (uno de estos es Adolfo Gilly, si es que no el único de sus fieles que le quedan desde que rompió con el PRI en 1988).

Empero, más allá de sus virtudes o defectos, lo cierto es que sigue siendo un personaje imprescindible en el panorama político de México. No es casual que los grupos y fuerzas que promovieron Mexicolectivo –organismo vinculado a la derecha, por más que sus promotores lo nieguen– se mostraron muy entusiasmados cuando creyeron contarlo entre sus miembros.

Esto lo anunciaron con bombos y platillos. ¿Y qué sucedió cuando el ingeniero Cárdenas se deslindó de tal proyecto? Que este se desplomó casi como el globo chino que surcó hace unos días el espacio aéreo norteamericano.

Continúa siendo un enigma lo que sucedió en el interludio (del anuncio de su incorporación y de su renuncia al proyecto de marras) : ¿acaso fue la crítica que externó el Presidente López Obrador en la mañanera de hace unos días, al decir que lamentaba que Cuauhtémoc Cárdenas se hubiese convertido en un adversario de la 4T?

Esto nadie lo cree. Si algo distingue al ingeniero es su tenacidad y su terquedad proverbial (habría que recordar al respecto su férrea defensa de Rosario Robles, pese a los errores en que esta incurrió).

Es más de una ocasión el tres veces excandidato presidencial ha manifestado abiertamente sus críticas y cuestionamientos a AMLO, sin importarle en lo más mínimo las molestias que ello ha generado entre los líderes y las bases de Morena.

¿Entonces qué es lo explica que haya decidido no aparecer como miembro de Mexicolectivo (aunque los líderes de ésta lo hayan anunciado así)?

Creo que la única respuesta es : en tanto erizo, el ingeniero Cárdenas no tardó en percatarse de que tras la fachada de dicho organismo no yace otra cosa que un proyecto encaminado a sacar a la derecha de la postración en que se encuentra.

Desde luego, habría que reconocerle a los promotores que lograron (por lo menos al principio) “armar ruido”, y convencer a no pocos ingenuos de que su plataforma constituye ”una oportunidad para intercambiar ideas y propuestas”- Y, como ya es costumbre en la derecha, Mexicolectivo se presentó como un ente constituido por organizaciones no gubernamentales, académicos e investigadores, cuyo propósito no es disputar el poder, sino sólo contribuir a la paz, al progreso y al fortalecimiento de la democracia.

Entrevistado por Carmen Aristegui, Carlos Salazar Lomelín—ex presidente del Consejo Coordinar Empresarial y uno de los fundadores de Mexicolectivo– esbozó un panorama angelical de las pretensiones de este organismo, señalando que sus miembros ansían un país en el que predominen la cordura, la tolerancia y el debate abierto y civilizado.

Aunque no lo dijo así, un país en el que no haya disturbios ni conflictos azuzados por populistas y/o demagogos que en lugar de promover entre las clases populares una democracia electoral avanzada, decente, no hacen otra cosa que incitar el odio y la violencia.

No sabemos si Cuauhtémoc Cárdenas expresó su adhesión al proyecto como lo anunciaron los promotores de Mexicolectivo, pero de lo que sí estamos convencidos es que, una vez que leyó el documento en el que se presentaban los objetivos de dicho entidad, de inmediato se percató —como viejo erizo que es— de lo que estaba tras el mismo.

Mientras tanto, AMLO cometió un error al apresurarse a criticar al exjefe del Departamento del Distrito Federal. No apareció precisamente como el zorro que invoca Isaiah Berlin.

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