Una sociedad que no se expresa contra la violencia es porque la ha normalizado.

En los últimos días se han suscitado varios acontecimientos que denotan la situación de inseguridad en diversos puntos de la geografía nacional.

Turistas asesinados.- En esta semana murió un joven proveniente de Argentina que se encontraba de vacaciones en Oaxaca, tras ser atacado con un machete por un hombre. Por otra parte, un turista originario de Canadá fue asesinado con un disparo en la espalda la tarde del 15 de mayo en Puerto Escondido, su cuerpo fue localizado dentro de su vehículo que se encontraba estacionado en calles de la colonia Arroyo Seco.

Feminicidio.- Fue localizado en el municipio de Huitzuco de los Figueroa un cadáver con características similares a las de Lesly Martínez Collín, quien desapareció el 30 de abril tras ver a su exnovio, luego de una semana de buscarla en diversos puntos de la Ciudad de México y Guerrero.

Secuestro.- Un grupo de migrantes y dos choferes desaparecieron este martes en las inmediaciones de Nuevo León, hacia donde se desplazaban desde San Luis Potosí, en un autobús que fue encontrado abandonado en el municipio de Galeana, en el estado norteño; este fue el segundo caso de secuestro de migrantes en “la carretera del terror”.

Terrorismo.- Se detuvo en los Estados Unidos de América a una persona de origen afgano, que según las autoridades de ese país, es identificado como alguien que ha realizado actos terroristas. La llegada al territorio del vecino país fue por la frontera mexicana como parte de la entrada de migrantes.

En otros tiempos cualquiera de los hechos relatados hubiera despertado la voz de los sectores sociales del país, si esto hubiese sucedido en otros países habría ya renuncias de autoridades por la presión social ante lo sucedido.

En México, las circunstancias hacen que no se oigan voces de alarma porque ante tantos hechos de violencia, unos casos más sólo engrosan las estadísticas; han sido tantos los muertos que la gente prefiere ignorarlos con la esperanza de que el infortunio no llegue a nosotros.

La violencia normalizada se ha convertido en el fruto de la situación de inseguridad e impunidad que se vive en nuestros días.

El pastor luterano alemán Martin Niemöller expresó: “Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, ya que no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, ya que no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, ya que no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, ya que no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y en gobiernos locales en áreas de gobierno y seguridad. Ha sido profesor en la Universidad de las Américas y del...