Editorial Ángulo 7
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A cinco meses de que el ayuntamiento dio a la empresa PALA la concesión a 7 años de la recolección de basura en Puebla capital, la separación de basura y la instalación de los contenedores adecuados permanecen como dos tareas incumplidas, pese a ser uno de los compromisos y estar reglamentada en la ley estatal.

Desde octubre de 2022, cuando se preparaba la licitación, el ayuntamiento aseguraba que la concesión, que renovaría las que por casi 30 años habían mantenido las empresas Supsa y PASA, incluiría el compromiso de que la nueva empresa separase la basura.

En diciembre, cuando PALA ganó la licitación, la comuna precisó que una de las obligaciones de la concesionaria era instalar 300 contenedores nuevos, así como 2 mil 300 botes papeleros.

Al mes de mayo de 2023, resulta casi imposible encontrar contenedores adecuados para depositar basura de manera separada, es decir, que estén diferenciados por colores que indiquen qué tipo de desecho va en cada uno.

Más fáciles de encontrar son grandes contenedores de metal, monstruosos sobrevivientes de administraciones pasadas, que se mantienen como auténticos tiraderos para todo tipo de desechos –orgánicos, inorgánicas y hasta peligrosos–, por lo que son potenciales focos de infecciones.

Encima de los malos olores y el caldo de cultivo perfecto para plagas, obstruyen el libre tránsito, incluso cerca de zonas escolares.

A ello, se suma la práctica persistente de entregar al camión recolector bolsas con basura revuelta de todo tipo, lo cual se hace casi obligatorio en colonias de la periferia, donde sólo hay recolección dos o tres días a la semana.

Ley obliga a separación de residuos

Esta situación no sólo es indicio de incumplimiento de un contrato, sino también de omisión de la Ley para la prevención y gestión integral de los residuos sólidos urbanos y de manejo especial para el Estado de Puebla, expedida en 2006.

Este ordenamiento, que actualmente parece letra muerta, establece, en su artículo 10, fracción III, que los ayuntamientos están obligados a aplicar “programas graduales y mecanismos para la separación de residuos desde la fuente de generación, previendo la instalación de contenedores para la colocación clasificada y diferenciada de residuos orgánicos e inorgánicos, en oficinas y espacios públicos, incluyendo al sector privado en estas medidas”.

Además, el artículo 24, fracción III, señala que los gobierno estatal y municipales deben asumir la “realización y difusión de actividades de identificación, minimización, separación, reutilización y aprovechamiento de residuos”.

Cierto es que no es tarea sencilla transitar de un modelo de acumulación a uno de separación de residuos. Prueba de ello es la Ciudad de México, donde, apenas desde 2017, existe una Norma Ambiental de Separación de Residuos, la cual establece una clasificación de la basura y obliga a desecharla en diferentes días de la semana de acuerdo con su tipo.

Puebla, sin duda, está atrasada para alcanzar una separación efectiva de la basura. Sin embargo, hay que preguntarse qué está haciendo la concesionaria para cumplir la parte que le corresponde y cuándo cumplirá al menos el compromiso de instalar contenedores.

LPR

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