Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

Dos mercados poblanos, “La Cuchilla y el Morelos”, cargan  con el estigma de que son peligrosos, entre sus muros se vivieron historias de terror, se perdió el control y la violencia se desbordó, las autoridades deben tomar acciones contundentes, pues los niveles de criminalidad que alcanzaron no ocurrieron de un día para otro.

Recordemos que Christian N. “El Grillo” convirtió el Mercado Morelos en una fosa clandestina, se atrevió a secuestrar policías que lo investigaban, extorsionó comerciantes, fue uno de los criminales más buscados en el estado, y su historial delictivo lo inició en los pasillos de ese centro de abasto.

En agosto de 2013, Christian N. “El Grillo”, quien murió en un penal de máxima seguridad de Oaxaca, fue detenido por primera vez, en posesión de billetes falsos y droga, cinco años después se convirtió en un capo con toda una estructura criminal a su servicio y repartió otros mercados a sus colaboradores.

El otro mercado, es “La Cuchilla”, donde apenas el 13 de julio pasado, fueron encontrados dentro de una fosa clandestina los restos del matrimonio David Báez y Jocelyn Carreto, quienes estaban desaparecidos desde junio de 2022.

La pareja había salido de su casa en el Infonavit San Bartolo hacia “La Cuchilla” para comprar juguetes; sin embargo, no regresaron, es más, nunca salieron de ese punto de venta.

A decir de la Fiscalía General del Estado (FGE), la banda delictiva implicada y encabezada por quien apodan “El Caimán”, fue la responsable del atroz doble homicidio. ¿La razón de haberlo realizado? Aun sigue pendiente de aclarar por la autoridad.

Si no queremos que esta historia negra de la ciudad se repita en esos dos mercados mencionados o cualquier otro, donde a diario van los ciudadanos a realizar sus compras, es necesario tomar acciones inmediatas por las autoridades no solo municipal y estatal, sino incluir a la Federación, para evitar esperar que algún vendedor de artículos robados, un vendedor de droga o una mente criminal nuevamente siembre el terror.

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