Editorial Ángulo 7
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Pese a que, durante 2022, hubo una disminución del 77 por ciento en las tomas clandestinas para robar hidrocarburos en Puebla, esta práctica, coloquialmente conocida como “huachicol”, persiste en los límites con Veracruz e Hidalgo

Por ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador, secundado por el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, llamó a la población a ayudar denunciando y no consumiendo combustibles ilegales. Sin embargo, también exhibió que los jueces no están aplicando la reforma constitucional de 2021 para tipificar dicho delito como grave. 

Este jueves, en su conferencia de prensa matutina, el mandatario federal reconoció que el problema de robo de gasolinas mediante tomas clandestinas se concentra principalmente en el tramo del ducto Tuxpan-Azcapotzalco que abarca los límites de Puebla con Hidalgo. 

En cuanto al robo de gas LP, conocido como “huachigas”, señaló que “se da básicamente de Amozoc hacia Esperanza, ese es un tramo, la carretera de Puebla a Veracruz, porque ahí viene el ducto”. 

En el caso de este delito, advirtió que las fugas generadas por el rompimiento de ductos, a causa de las tomas clandestinas, provocan emergencias que obligan a evacuar a la gente. 

Puebla, hay que recordarlo, tiene una memoria negra de fugas y explosiones causadas por ladrones de hidrocarburos. La más funesta a la fecha es, sin duda, la de San Francisco Xochimehuacan, junta auxiliar de la capital del estado, donde cinco personas murieron por graves quemaduras y decenas de familias perdieron sus viviendas en octubre de 2021. 

En los dos años siguientes, las tomas clandestinas han seguido apareciendo y causado accidentes en los lugar más insospechados, como dentro de una bodega en San Lorenzo Almecatla, en 2022, y una taquería en la Central de Abasto, donde incluyo ya intervino la FGR para investigar el origen del “huachitunel” hallado el sábado pasado. 

Combate ha bajado tomas, pero debe continuar 

Ante este panorama, López Obrador insistió en que su gobierno informa a la gente que el huachicoleo es un delito grave y representa un peligro para las comunidades. Además, destacó el resultado positivo de los operativos que, desde 2019, coordinan a fuerzas estatales, del Ejército, de la Marina, de la Guardia Nacional y de Pemex

“Estamos todos los días viendo esto, todos los días, y no vamos a detenernos. Hemos avanzado bastante, hay una reducción del robo de huachicol, incluido el gas, de más del 90 por ciento, pero tenemos que continuar con esto”, afirmó. 

En el caso de Puebla, el informe “Tomas clandestinas: Ductos de petrolíferos y gas LP en México 2022”, elaborado por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), indica que el estado registró una baja del 54.2 por ciento en hallazgos de tomas clandestinas de gas LP, mientras que las tomas de hidrocarburos en la entidad disminuyó 77 por ciento.

Aunque la estrategia federal está dando resultados, López Obrador no perdió la oportunidad de hacer un llamado en dos sentidos: 

“Que cuando vean algo raro así —porque seguramente entran pipas a cargar, por mucho que saquen del ducto de combustible— que nos ayuden informando. Y lo otro es que no apoyen a esta gente porque se pueden presentar desgracias, son muchos los riesgos, sí”, instó. 

Y es que, sin duda, persiste el recuerdo de la tragedia de Tlahuelilpan, Hidalgo, donde, en 2019, el incendio en una  fuga de gasolina a causa de un toma clandestina causó la muerte de 137 personas que habían acudido, instigadas por los mismo huachicoleros, a llenar bidones con el combustible que salía a borbotones del ducto perforado. 

En Puebla, el apoyo de comunidades a huachicoleros también ha suscitado episodios negros: en 2019, el enfrentamiento entre pobladores y militares que intentaban detener a presuntos ladrones de combustible en Tepeaca; dos año después, en otro caso, dos policías municipales fuero asesinados por presuntos huachicoleros.

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