Esta columna la pensé la semana pasada, pero los días corren como agua.

La idea original inició con la reflexión de los errores, como analista y que quiero comentar aquí, que tuve respecto del proceso interno de Morena nacional.

A la par de este tema, me puse a examinar qué sucedió con el excanciller Marcelo Ebrard Casaubón en este mismo proceso, quien en la encuesta de Morena quedó con una preferencia promedio del 25.8 por ciento contra el 39.4 por ciento de Claudia Sheinbaum Pardo.

Empecemos con mis equivocaciones: durante el proceso interno de Morena a nivel nacional pensé que el coordinador iba a ser el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, por el peso del llamado Grupo Tabasco y hasta se lo comenté a varias personas muy cercanas; recuerdo lo que me respondió una que tiene trabajo político en Puebla: no le alcanza, Claudia está arriba en las encuestas y así fue, ella ganó, lo cual, el mismo día del anuncio, me dio mucho gusto por el cambio estructural que significará que las mujeres dirijan los destinos de los países, empresas u órganos internacionales.

Ahora vamos con las equivocaciones de Marcelo Ebrard que hicieron que no remontara en la encuesta de Morena.

Piso parejo a presidenciables

El presidente Andrés Manuel López Obrador nunca lo descartó como posible coordinador nacional de los comités en defensa de la 4T que hasta por petición suya, pidió la renuncia o licencia a sus cargos de todos los aspirantes al mismo cargo de Morena, lo cual sorprendió a más de uno.

Pero, Marcelo Ebrard cometió varias equivocaciones. La primera, alejarse de la base morenista durante los cuatro años 6 meses que fungió como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, al pensar que al ser una encuesta abierta no era necesario ese vínculo.

El segundo error que cometió fue la perspectiva de política que adoptó, a propuesta de su equipo más cercano: no es necesaria la organización social y que se puede resumir con el eslogan que adoptó durante el proceso interno: “Sonrían, todo va a estar bien”.

Y el tercero se refiere a algunas de sus principales propuestas que hizo durante la competencia, que carecieron de congruencia con la Cuarta Transformación, entre ellas, plantear que el hijo del presidente, Andrés Manuel López Beltrán, encabezara la Secretaría de la Cuarta Transformación, infringiendo dos principios importantes: el primero, no colocar familiares de los gobernantes y el segundo la transformación en un proceso transversal empujado por la sociedad y no una dependencia gubernamental.

Como se aprecia, los tres errores van contra los principios de la Cuarta Transformación, los cuales se anclan en la organización social, la cercanía con la gente y la moralidad del ejercicio público.

¿Qué pasará con Marcelo Ebrard?

Yo vislumbro que tiene dos salidas: la primera es, pese y corrigiendo sus errores, avanzar con la Cuarta Transformación, ya sea con Morena o a través de un partido serio de oposición que ayude a construir lo que aún falta para México y el mundo y la segunda, que se alíe con el PRIAN, que busca regresar al pasado de corrupción y autoritarismo que imperaba en el país, con la consecuencia de que la historia lo juzgaría como traidor a los mexicanos.

Lo anterior porque la Cuarta Transformación, impulsada por López Obrador, aún con sus errores, ha demostrado estar a la altura de los ciudadanos.

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...