Basura y agua espumosa en Atoyac muestran falta de saneamiento en el río
Basura y agua espumosa en Atoyac muestran falta de saneamiento en el río. Foto: Jaime Lopez/Ángulo 7
Basura y agua espumosa en Atoyac muestran falta de saneamiento en el río
Basura y agua espumosa en Atoyac muestran falta de saneamiento en el río. Foto: Jaime Lopez/Ángulo 7

Aguas negras y espumosas son la constante del Río Atoyac, en el tramo que rodea al Ecoparque Metropolitano, que va de la Avenida Cúmulo de Virgo y la 11 Sur hasta el Centro Integral de Servicios (CIS) en la vía Atlixcáyotl.

Así lo pudo constatar Ángulo 7 en un recorrido realizado este domingo, en donde también se pudo documentar que hay una planta tratadora de agua cerca de la zona, pero a pesar de su presencia, el afluente tiene mal olor y no está limpio.

Ello demuestra los intentos fallidos de saneamiento por parte de autoridades estatales, que por los menos tienen un cuarto de siglo de existencia de llevarse a cabo, desde la administración encabezada por Manuel Bartlett Díaz.

Con base en datos hemerográficos, de 1996 a la fecha, se han invertido más de cinco mil millones de pesos para limpiar el Atoyac, lo que ha incluido la instalación de plantas tratadoras y hasta tres barcos que supuestamente dejarían cristalina la laguna de Valsequillo en un plazo máximo de seis meses.

Inversiones han sido infructuosas

No obstante, lo anterior ha sido infructuoso, pues análisis hechos en fechas recientes por universidades y agrupaciones civiles evidencian los altos niveles de contaminación en el afluente.

Prueba de eso último es el estudio realizado por el colectivo Dale la Cara al Atoyac, justamente en el tramo correspondiente al Ecoparque Metropolitano, que revela una alta concentración de sólidos suspendidos, fósforo, cianuro y coliformes fecales.

A nivel federal, funcionarios de Conagua han admitido que la legislación o marco normativo actuales permiten a las empresas descargar un cierto límite de aguas residuales, lo que impide una intervención adecuada para frenar de lleno la problemática.

Además, otras estadísticas muestran que, a nivel nacional, los organismos operadores estatales, como Agua de Puebla, son los que más contaminan.

En el recorrido realizado por Ángulo 7, no se pudo comprobar la descarga ilegal de compañías o empresas; tampoco se capturó en flagrancia a personas tirando basura al río.

Tiran hasta neumáticos y falta inspección

Lo que sí se pudo verificar es que no había inspectores en todo el tramo del afluente que rodea el Ecoparque Metropolitano, además de que una parte se utiliza como tiradero de neumáticos en mal estado.

Igualmente, a lo largo del Ecoparque Metropolitano hay letreros de prohibición respeto a meterse a nadar en el Atoyac y existe un pequeño mirador abandonado.

Vecinos del lugar señalaron que el mal olor que tiene el Atoyac se acentúa en época de lluvias; hicieron el llamado a la población para evitar arrojar basura en el río.

Mencionaron que, a veces, se han encontrado sillas de plástico, ropa y sombrillas.

En cuanto a casos de enfermedades provocadas por el Atoyac, indicaron no tener conocimiento de alguna, aunque estudios realizados por especialistas mencionan que dicho río posee altos niveles de cadmio, un elemento químico que resulta cancerígeno para el ser humano.

Puebla concentra la mayor contaminación al Atoyac

El año pasado, el gobierno federal publicó un estudio en el que se destaca al municipio de Puebla como el punto que concentra los segmentos más contaminados del río Atoyac, a su paso tanto por la entidad como por Tlaxcala.

Lo anterior en relación al indicador de Demanda Bioquímica de Oxígeno (DQO), siendo las demarcaciones más contaminadas la Barranca San Diego Los Álamos, la Barranca Manzanilla, la Barranca San Antonio, la Barranca Micxatlah y el Río Alseseca en la colonia La Hacienda.

Por lo que respecta a Coliformes Fecales, el municipio de Puebla vuelve a liderar la lista con 25 segmentos fuertemente contaminados.

En tanto, investigadores locales coinciden que el sitio más dañado del Río Atoyac se encuentra entre los límites de Puebla y Tlaxcala.

LPR

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