Dedicarse a la excavación de tumbas requiere una gran fortaleza emocional, en especial, cuando las personas que se van a sepultar son menores de edad, refirió Salvador, quien lleva dos décadas en el oficio de enterrador.
Entrevistado por Ángulo 7 en marco del día de Todos los Santos, que se celebra este 31 de octubre, cuando es tradición poner ofrendas a los niños, el ciudadano manifestó el pesar que le causa inhumar a los infantes, al grado de que lo agota anímicamente.
“Yo te voy a decir la verdad: a mí me apaga enterrar a los niños, yo prefiero enterrar a un grande que a un niño”, mencionó.
#Ángulo7Informa “Yo prefiero enterrar a un grande, que a un niño”, señaló Salvador, quien desde hace 20 años se dedica al oficio de enterrador Vía: @JaimeComunidad3 pic.twitter.com/EVyboCiJ44
— Ángulo7 Noticias (@angulosiete) October 30, 2022
El enterrador que ha laborado principalmente en el panteón auxiliar de San Pablo Xochimehuacan señaló lo injusto que le parece que un menor de edad no hay podido tener una larga vida; agregó que eso le causa más tristeza en el marco del Día de Muertos.
Refirió que en una ocasión le tocó excavar la tumba para una bebé, algo que lo desanimó profundamente.
Acerca de otro de los bemoles de su oficio, indicó que no recibe un salario fijo, ni él ni sus colegas, los cuales obtiene únicamente el dinero que les cooperan los deudos de los difuntos.
#Ángulo7Informa Acerca de su salario, el trabajador del panteón comunicó que viven de lo que les dan los familiares de los difuntos Vía: @JaimeComunidad3 pic.twitter.com/kTdp6gC0aC
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Agregó que tampoco goza de prestaciones, por ejemplo, seguro social y explicó que excavar un tumba le lleva aproximadamente dos horas.
#Ángulo7Informa Alrededor de dos horas es el tiempo que tarda un enterrador en excavar el espacio para un ataúd, indicó Salvador, trabajador en el panteón auxiliar de San Pablo Xochimehuacan Vía: @JaimeComunidad3 pic.twitter.com/UAxvh5WiJN
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Descartó que en su trayectoria como enterrador haya sido testigo de una experiencia paranormal y apuntó que ha tenido que dedicarse a otras actividades, entre ellas, la albañilería, para solventar sus gastos.
Salvador platicó que, regularmente, trabaja de 5 a 8 de la mañana en los panteones, aunque el horario es más extenso en los días especiales como la semana dedicada a los fieles difuntos.
El enterrador también mencionó que hace un año le tocó dar sepultura a tres de las cinco víctimas mortales de la explosión causada por una toma clandestina de gas en Xochimehuacan.
Finalmente, indicó que no tuvo que lidiar con las medidas preventivas establecidas en la época de mayor número de contagios de la pandemia, debido a que en ese momento estaba trabajando en otros oficios.
LPR