En 2019, Puebla registró el noveno menor porcentaje de población satisfecha con el servicio de agua potable con 47.8 por ciento, por debajo de la media de 56 por ciento; además la entidad tuvo la séptima menor percepción de que el agua no se desperdicia por fugas (29.8).
Así lo señaló el reporte El cuidado del agua en entornos urbanos durante la pandemia de Covid-19, del Instituto Belisario Domínguez.
Los estados con menor población satisfecha con el servicio de agua potable fueron: Tabasco (18.1 por ciento), Guerrero (21.7), Chiapas (34.9), Oaxaca (36.6), Zacatecas (37.5), San Luis Potosí (41.3), Quintana Roo (44.4), Aguascalientes (44.8), Puebla (47.8) y Nayarit (48.3).
Por el contrario, las poblaciones más satisfechas con dicho servicio fueron: Nuevo León con 86.5, Sinaloa con 72.9, Querétaro con 72.9, Colima con 70.4 y Yucatán con 70.3 por ciento.
En el país, solo el 39.2 por ciento de la población encuestada señaló que no se desperdicia el agua potable en su ciudad a causa de fugas.
La percepción de que no se desperdicia el agua en sus ciudades por fugas fue más baja en Guerrero (13 por ciento), Tabasco (15.6 por ciento), Chiapas (17.9 por ciento) y San Luis Potosí (21 por ciento), Nayarit (26.2 por ciento), Zacatecas (29.4 por ciento, Puebla (29.8 por ciento), Tamaulipas (31.1 por ciento), Oaxaca (31.2 por ciento) y Morelos (32.6 por ciento).
Lo anterior significa que en el caso específico de Puebla, tres de cada 10 habitantes consideran que el agua no se desperdicia a causa de las fugas, lo que revela el reconocimiento social de que este es uno de los principales problemas en el sistema de distribución. Esta problemática se repite en varias entidades federativas.
El reporte indicó que Nuevo León, Guanajuato, Yucatán, Querétaro y Colima tuvieron los mayores porcentajes de habitantes que señalaron que el agua potable no se desperdicia a causa de fugas en sus ciudades, con 69.6, 53.5, 50.3, 49.6 y 49.4 por ciento, respectivamente.