“La calle de los dulces”, un emblema histórico y cultural de Puebla
“La calle de los dulces”, un emblema histórico y cultural de Puebla. Foto: EsImagen
“La calle de los dulces”, un emblema histórico y cultural de Puebla
“La calle de los dulces”, un emblema histórico y cultural de Puebla. Foto: EsImagen

Por más de un siglo, “La calle de los dulces” , 6 Oriente, entre 4 Norte y 5 de Mayo, en el Centro Histórico, ha sido un referente de las tradiciones y patrimonio histórico de Puebla capital; a la fecha, ofrece a locales y visitantes algunos de los bocadillos más suculentos del estado.


Así lo expone el artículo de Yatzel Roldán López, “La memoria azucarada de Puebla: 6 Oriente o la Calle de los Dulces”, que es parte del número 30 de la revista Cuetlaxcoapan, presentada este viernes en la Casa del Libro de la BUAP, con un amplio contenido de narraciones e historias sobre las calles de Puebla.

De acuerdo con la autora, en 1952 abre sus puertas una azucarería en esa calle. Posteriormente, para 1991, ya se comenzaban a comercializar los famosos “camotes”, a tres calles de la Iglesia de la Compañía, y a partir de ahí se comienza a hablar de la calle Santa Clara, cuyo convento fue fundado en el siglo XVII y se comenzaron a hacer dulces, aunque esta no fuera su principal labor.

Dichas monjas tuvieron los elementos necesarios para la creación de una cocina sui generis y de una dulcería destinada para una clase social en específico, pues estas eran las que tenían los recursos necesarios para probar una serie de alimentos distintos al resto, así como las posibilidades económicas para adquirirlos.

Esta calle ubicada en la 6 Oriente y la 4 Norte, fue nombrada de esa manera en el siglo XX, pero la comercialización de los dulces o los postres comenzó desde mucho antes, con la venta de rompope, galletas, camotes y demás productos, cuyas recetas fueron compartidas por historias familiares que pasaron de generación en generación.

Venta de dulces data del siglo XIX

El primer registro de venta de dulces en esa calle data de 1890, vinculado con los bienes eclesiásticos en la segunda mitad del siglo XIX.

A todo esto, pareciera que fue una calle fundada con el fin principal de ser un atractivo turístico en la venta de dulces. Sin embargo, no fue propiciado y no hay registro alguno que muestre otra calle con las mismas características en otra parte de México, lo cual hace única a la ciudad de Puebla, pues su Centro Histórico, anida una serie de vivencias y anécdotas pasadas de voz en voz.

Actualmente, sigue siendo de las calles más concluidas en temporada de Día de Muertos y antiguamente, se podía encontrar un dulce característico que ya no se vende, a base de maíz azul, llamado punche y se degustaba en Cholula, Atlixco y Puebla.

Por último, cabe resaltar que esta revista, remarca mucho la idea de lo que aviva el Centro de la ciudad, son sus caminantes, los artesanos, los vendedores y las vendedoras, los puestos de comida y todo lo demás que se vende.

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