Del 22 al 23 agosto de 2010, ocurrió la denominada “masacre de San Fernando”, en Tamaulipas, en la que el grupo delictivo de Los Zetas asesinó a 72 personas migrantes; activistas denuncian impunidad tras 12 años, pues nueve cuerpos no han sido identificados.
Según la investigación el grupo delictivo habría privado de la libertad a 58 hombres y 14 mujeres migrantes para obligarlos a trabajar en un rancho para ellos, sin embargo al mostrar resistencia decidieron asesinarlos, según lo relató uno de los sobrevivientes quien después de recibir un balazo en la mandíbula se hizo el muerto.
Los cuerpos fueron hallados apilados y abandonados a la intemperie a menos de 150 kilómetros de la frontera con Estados Unidos. Las 63 víctimas fatales provenían de Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador, Brasil y la India, y estaban de paso por México en busca del “sueño americano”.
Aunque en mayo del presente año, la Fiscalía General de la República (FGR) informó la sentencia múltiple de 18 personas relacionadas con el caso, aún falta la identificación de nueve víctimas y la corroboración de la identidad de 7 más, cuyas familias no pudieron ver el cuerpo.
Hoy, hace 12 años despertamos con una noticia atroz: 72 personas migrantes fueron torturadas y asesinadas. La Masacre de 72 Personas Migrantes en San Fernando, Tamaulipas,es emblemática de la grave situación de violencia contra personas migrantes#LaRutaDeLaImpunidad#YaEsTiempo pic.twitter.com/DzgJvsHtme
— Fundación para la Justicia (@FJEDD) August 24, 2022
Por lo anterior diferentes agrupaciones en favor de los derechos migrantes solicitan la conformación de una Comisión Especial para la Investigación de Masacres y Desapariciones de Personas Migrantes y la colaboración internacional que permita a las familias de las víctimas obtener justicia desde su país de residencia.
Por Mariam Rojas