En Amozoc, familias elaboran nacimientos para sostenerse y mantener tradición
En Amozoc, familias elaboran nacimientos para sostenerse y mantener tradición. Foto: Ángulo 7
En Amozoc, familias elaboran nacimientos para sostenerse y mantener tradición
En Amozoc, familias elaboran nacimientos para sostenerse y mantener tradición. Foto: Ángulo 7

Desde hace 40 años en Amozoc, Enrique Téllez cambió el oficio de platero por el de alfarero, debido en parte a los altos costos de preciado metal, para elaborar figuras de los nacimientos de Navidad, con lo cual 10 integrantes de su familia obtienen su sustento y conservan una tradición centenaria.

El origen de su trabajo se remonta hasta hace más de 90 años, cuando su madre inició con el oficio, el cual Enrique conoce desde que era niño y que, después de años, lo heredó a sus hijas, quienes también se dedican a elaborar piezas de barro como nopales, estanques en miniatura para el nacimiento y algunos animalitos.

En entrevista con Ángulo 7, el señor Téllez comentó que, cuando dejó de ser platero, tuvo que ir a buscar trabajo a la ciudad de Puebla, donde se empleó como obrero, pero tiempo después, regresó a su natal Amozoc, donde actualmente trabaja el barro de febrero a agosto para venderlo en la Feria de Artesanos que se pone en el zócalo de este municipio.

En noviembre y diciembre, él y su familia se dedican a pintar las figuras o a lo que los artesanos le llaman “juguete navideño”, que, a partir del 18 de noviembre que es cuando monta su puesto, puedan venderlas y la ganancia se la “hacen rendir” para todo el año, ya que es a lo único que se dedican.

“Lo que ganamos de toda la temporada, pues ahí vamos. Ahora sí que se reparte para el material y la comida porque no trabajamos en otras cosa”, comentó la hija del señor Enrique.

Y es que refirió que, por su edad, ya no le dan trabajo en otra cosa, pues “si trabajamos en otro lado, pues ¿qué nos preocupa?, vendamos o no vendamos, pues ya tenemos nuestro trabajo. Pero nosotros no, ahora sí que ahí estamos limitados todo el año”.

Otra de las artesanas que compartió su historia con el barro es la señora Ángeles Morales Sánchez, quien lleva toda casi 50 años como alfarera, y que nos comenta, realiza en total cinco docenas de figuras al día, ya que todo es trabajo manual, con ayuda de sus cinco hermanas, cuyo proceso anteriormente era repartido entre todas ellas.

Ambos artesanos comentaron que “realmente no se le gana mucho a las piezas”, aproximadamente uno o dos pesos, pues su costo es de 15 pesos por figura.

De los ingresos, pagan casi 10 kilos de carbón que utilizan para hornearse, cada bote de pintura que se compra por color, el cual oscila entre los 200 y los 250 pesos.

Elaboración de “juguete navideño” los distingue

En cuanto a su elaboración, Enrique, junto a su hija Araceli Téllez, explicaron que el proceso de elaboración inicia desde que extraen las piedras para el barro de la parte de atrás del cerro, muchas veces cuando viene mojado, este se deja hasta un día entero en el sol.

Posteriormente es cernido, es decir, se pasa a través de un tipo colador para que quede como arenilla y después la mojan, se queda reposando otro día, hasta el tercero, es cuando comienzan a amasar, cuyo proceso, nos cuenta, es con los pies.

“Nos quitamos los zapatos y a pisarlo, a prepararlo, así se prepara y luego, ya que está bien preparado el barro, ya lo empezamos a hacer“, refirió.

Muchos de estos “juguetes” son moldeados a mano, debido a que la familia Téllez no cuenta con moldes necesarios, es así como, pieza por pieza, es colocada en una pequeña estructura de alambre galvanizado, que es el material con el que trabaja, ya que comenta que otros artesanos ocupan un alambre quemado, pero con el fin de que la figura sea firme, ocupan este insumo.

Luego, esta pieza se deja seca, ya que si se mete húmeda a hornearse, corre el riesgo de quebrarse. Ahora bien, el proceso de horneado requiere otro tipo de complejidad, puesto que en otros talleres, cuentan con hornos especiales pero en el caso de esta familia utilizan un bracero y encima se le colocan hasta siete botes donde se va poniendo el juguete para posteriormente echarle carbón, se enfría y se saca el “juguete”.

Este trabajo, les lleva a los artesanos alrededor de cinco meses y después, el resto del año, se dedican a pintar estas figuras.

“La verdad otros lo pintan con compresora, pero a nosotros no nos alcanza para comprar una. Nosotros con brocha, con pinceles y hay muchas figuras, solo que nosotros en esta época, nos dedicamos a vender y entregar a varias partes como los mercados de Puebla”.

LPR

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