Concluyen las fiestas de fin y de inicio de año y arrancamos el año 2022 con una “cuesta de enero” cuya carga que -de por sí pesada- se hace mayormente pesada por una gran incertidumbre.

Este año es el tercero que hemos vivido en contingencia que continúa afectando a nuestro país y al mundo y en México no vemos una estrategia clara de gobierno para enfrentar las crisis que ha provocado y seguirá provocando la pandemia del Covid que parece no tener fin.

En este contexto observamos que en materia de salud a pesar de que se conoce la información que llega de todos los países del mundo que toman las debidas precauciones para evitar la propagación de la nueva variante ómicron; en México una vez más, no se toman precauciones, para evitar contagios que colapsen el de por sí muy deteriorado sistema de salud.

No hay pruebas suficientes para su detección que justo, -señalan los expertos- son necesarias ya por el alto grado de contagio, que puede ser muy peligroso y tener secuelas también graves. 

Siguen sin vacunarse a niños y niñas y apenas inicia la aplicación de la tercera dosis de refuerzo para algunos sectores de la población, cuando aún la segunda dosis no ha sido concluida en otros sectores; por fortuna se ha declarado que el sector educativo será -ahora sí- vacunado con una vacuna oficialmente autorizada a diferencia de la que el gobierno federal decidió aplicarles originalmente.

Miles de contagios al día han empezado a contabilizarse y cada estado de la República ha tenido que ir asumiendo acciones diversas por la falta de una sola dirección para enfrentar con más certezas esta crisis de salud que ha dejado más de 300 mil fallecidos y con más menores huérfanos a consecuencia de esta pandemia y sus diferentes variantes: Delta, Ómicron, Flurona -se documentan 3 casos ya en México- y Deltacron, hasta ahora.

Qué decir de la crisis económica en la que el alza de la inflación es determinante, aun y cuando subieron el salario mínimo es tan alta la inflación, que los productos básicos han elevado su precio de manera tal que muchas familias están padeciendo. Gasolinazo. Rezago evidente en empleos formales y reducción de inversiones.

La otra crisis que considero es de las cuatro más importantes, es la de educación. Irreversible sin duda el daño al nivel educativo en este país, en los próximos años veremos las consecuencias psicológicas y de enseñanza en los procesos educativos. Y la inseguridad y violencia que se agrava también en el estado de Puebla.

Más dudas que certezas en el rumbo que se seguirá para enfrentar estas crisis.

De lo que no hay duda es que se inaugurará el campo de beisbol cuyo equipo es del hermano del presidente López Obrador -Pío- y en el que se invirtieron 103.5 millones de pesos de recursos públicos.

Que en marzo es la fecha en la que deberá inaugurarse el aeropuerto de Santa Lucía, la refinaría “Dos Bocas”, la autopista Barranca Larga-Ventanilla, la ruta ferroviaria Coatzacoalcos-Salina Cruz y el parque ecológico Lago de Texcoco; obras, que no contaron con  los estudios suficientes para garantizar su factibilidad técnica, legal, económica y ambiental, y que en la opacidad incrementaron por mucho el costo que presupuestaron originalmente para su construcción.

Qué el Tren Maya va a costar mil millones de pesos más. Para esta obra y para Pemex el presidente López Obrador no va a proponer un plan de austeridad para que cuesten menos, como sí lo va a hacer para el Instituto Nacional Electoral (INE).

Que seis estados de la República tendrán proceso electoral para gobernador, diputaciones  y presidencias municipales. Que habrá elecciones en el estado de Puebla, tres extraordinarias municipales y renovaremos 659 juntas auxiliares.

Que habrá un proceso de revocación de mandato viciado de origen y perversamente transformado en ratificación, definido muy bien de la siguiente manera: “queremos que no se vaya, pero queremos que nos pregunten si queremos que se vaya, para decir que queremos que no se vaya” (Autor Anónimo).

Acostumbrados a que este gobierno todo lo minimiza sin asumir su responsabilidad: los efectos de la pandemia, la inseguridad, la inflación; se siente “lo duro y también lo tupido”.

Sin un derrotero claro para estos tiempos difíciles -como ya se ha dicho- parece que esta “cuesta de enero” se prolongará, con un final todavía incierto.

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@rgolmedo

Palabra de Mujer Atlixco

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