Pluralismo y cambio institucional: “imaginen en un lago una lancha con dos remos uno a cada lado, si un remo impulsa con mayor fuerza o rapidez que el otro, la embarcación gira prácticamente en su misma posición, en lugar de ir hacia adelante. En cambio, cuando se sincronizan ambos sabemos que la lancha avanza en la ruta deseada, con certeza y con la constancia que el inyecta cada uno de estos dos motores.”
Leonardo Valdés Zurita
(Consejero Presidente IFE 1990)

Los partidos políticos serios, que participamos en la vida democrática del país, lo hacemos convencidos de que las elecciones son el mejor mecanismo para elegir a las y los representantes populares y a las y los gobernantes, apoyados por las instituciones que organizan, cuidan y respetan la elección.

Lamentablemente el titular del Ejecutivo federal no piensa así, nunca lo ha hecho. Desde su inicio en la política lo de él fue arrebatar lo que no podía conseguir, así lo vimos brincar de partido en partido hasta conseguir la candidatura a la Jefatura de Gobierno y luego la de la Presidencia. Jamás aceptó un resultado, ni siquiera los que les dieron el triunfo. Hoy desde la Presidencia de la República arremete en contra del Instituto que le reconoció su triunfo electoral.

Pero se equivoca el habitante del Palacio, porque el Instituto Nacional Electoral, antes IFE fundado un 11 de octubre de 1990, fue un triunfo de la ciudadanía que, cansada de padecer el manejo parcial de las elecciones desde el poder, se propuso la ciudadanización de las elecciones. No es una institución del gobierno, ni de los partidos políticos, sino es el “brazo ciudadano” que organiza y da credibilidad a los procesos electorales, además de cumplir un papel fundamental en la construcción de la ciudadanía, a través de la difusión de la cultura cívica y la educación para la democracia.

Y gracias al INE, hoy existe alternancia en el país. Así perdió el Revolucionario Institucional luego de desgastantes setenta años en el poder y así, Acción Nacional tuvo la oportunidad de gobernar y hacerlo bien, y en un proceso democrático entregar la Presidencia a quien ganó la elección, aceptamos los resultados; y después un sexenio priista, se le entregó la banda presidencial a quien ganó la elección. México ha transcurrido en alternancia y las fuerzas políticas que democráticamente participamos, hemos aceptado los resultados enfrentando las múltiples complejidades de la amenazada normalidad democrática.

Hoy, a través de una iniciativa de la mayoría oficialista pretenden dejar sin recursos al INE, pretenden modificar las candidaturas plurinominales, no para desaparecerlas sino para ser la única manera de llegar a las curules, y pretenden designar desde el poder, a los funcionarios del Instituto organizador de las elecciones, lo que constituye un ataque sin precedente al órgano, árbitro de la competencia electoral.

Pero se sigue equivocando el oficialismo, porque las y los ciudadanos volveremos a tomar la voz para exigir respeto a las instituciones que funcionan y han traído, objetividad, transparencia, equidad y legitimidad a los procesos democráticos que en sí mismos, dan paz en territorio nacional.

Estoy convencido que México no está dispuesto a retroceder. Le recuerdo al oficialismo que ellos no representan la mayoría de las y los ciudadanos, deben saber, que obtener la mayoría en las elecciones, no es sinónimo de ser los únicos que conducen al país. Por ello, existen Estados libres, por ello, México distribuye el poder en: Ejecutivo, Legislativo y Judicial generando contrapesos; también, por la misma razón están constituidos los congresos locales y en tres niveles de gobierno y en los órganos de deliberación, existe oposición.

Mucho nos ha costado lograr una vida democrática, como para abandonarla ante palabras vacías y llenas de incongruencia. López Obrador si se atreve a desafiar a la ciudadanía, se topará con pared. Porque no se trata de imponer su mayoría, asediar, chantajear y/o comprar, al lado más frágil de la oposición; se trata de saber conducir al país frente a una ciudadanía más consciente y que valora la democracia. Mujeres y hombres que, sin pertenecer a un partido político, participan en política de esta manera. Diferenciando la política – que son los asuntos de todos-, de la política partidista.

Por ello me sumo a la defensa del INE, no solo por ser un órgano que regula y da confiabilidad, sino por ser la ciudadanía organizada para conducir los procesos electorales. Y llamo a panistas y ciudadanos libres a levantar la voz, porque la democracia está en riesgo, ante un personaje que nunca ha creído en ella y piensa que por estar al frente del gobierno puede atentar contra nuestra democracia.

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Miembro activo del PAN desde 1988, miembro del CEN, consejero Nacional y Estatal; expresidente Estatal del PAN Puebla 2006-2009 y 2012-2015; licenciado en Administración de Empresas; diputado local 2005...