A nuestro amigo Eudoxio Morales Flores, injustamente marginado del proceso electoral para consejeros de Morena

Alvaro Delgado  — sin duda uno de los periodistas más brillantes de nuestros días (de consuno con Alejandro Páez Varela)—  abordó en su espacio “Historias de lo inmediato”  un tema de gran interés sobre lo que sucede en Morena con miras a la sucesión presidencial de 2024. El artículo se intitula “Morena contra Morena” (youtube.com/watch?v=896zmB1_UKo), mismo que debería ser analizado y comentado a fondo por los militantes de esa organización, al menos por los más fieles al ideario de la 4T.

Ahí Delgado sostiene que el gran riesgo que enfrenta Morena en 2024 no es la pérdida de la Presidencia (aunque, tal vez, la batalla sustantiva se presente en el Congreso de la Unión, sobre todo en la Cámara de Diputados) ;  ante una oposición muy débil, que sólo ofrece retornar al régimen corrupto del PRIAN, tal posibilidad se antoja muy remota.

Lo que está en riesgo, plantea el analista de Sin Embargo, es la agudización de las contradicciones que sufre el partido prácticamente desde el triunfo de AMLO en 2018 : no hay proceso interno en que no aparezcan rupturas y enfrentamientos entre los diversos grupos de Morena, los cuales se intensificaron a partir de la elección de Mario Delgado en 2020, como principal dirigente. Esta situación marcha en contrapunto a la falta de un auténtico programa de formación política, y a la falta de un vigoroso impulso al debate ideológico,  lo cual propicia que tanto los militantes como los simpatizantes no estén en condiciones de abordar los problemas de fondo del país y de su entorno inmediato, limitándose a observar los feroces enfrentamientos que se presentan en las cúpulas partidistas.

No cabe duda que Morena está caminando por el sendero que llevó al PRD a la descomposición. Tal como sucedió con esta organización una vez que se convirtió en opción de poder, en Morena ya se perciben los vicios de la corrupción, la incompetencia, el “cuatachismo” y otros males, herencia de la vieja izquierda pero también del PRI, lo cual se agrava con el ingreso de cientos de ex militantes de este partido a Morena, no pocos de los cuales son recibidos con los brazos abiertos por la dirigencia del partido, no sólo en sus estructuras nacionales, sino también regionales y locales.

He de subrayar que en ningún momento Álvaro Delgado incurre en veleidades apocalípticas o catastrofistas :  su profesionalismo le impide adoptar el síndrome de Casandra.  Simplemente se limita a tomar nota de lo que está pasando en Morena.

A nuestro parecer su análisis de lo que sucede en esa organización es  muy lúcido y realista.  Tiene toda la razón cuando asevera que muchos de sus cuadros no han estado a la altura de los desafíos que se trazó AMLO al fundar ese partido, sobre todo el de abrirle paso a un nuevo proyecto de Nación, arrojando al basurero de la historia el sistema político creado por el PRI y el PAN.

Sin embargo, pienso que al brillante trabajo de Álvaro Delgado deberíamos agregarle otro elemento :  esto es,  el análisis de los factores que sobredeterminan la irrupción de los vicios a que se hace referencia (la corrupción, el oportunismo, el fraude, el sectarismo, etc.).

Estamos convencidos de que éstos no sino un resultado de las limitaciones o de la incapacidad de Morena para definir una estrategia que  permita conciliar las reformas que impulsa AMLO desde la Presidencia (desde luego, con el apoyo de la sociedad civil), con un proyecto –desde luego, a largo y mediano plazo—,  más ambicioso de transformación económica, política y social que vaya más allá del abandono del modelo neoliberal, y en general del sistema ideado por el PRIAN.

Aunque pienso que AMLO va por el camino correcto,  logrando lo que la vieja izquierda no avizoró ni siquiera en sus mejores sueños, esto es, impulsar todo un complejo de reformas fundamentales encaminadas a abonar el terreno (subrayo abonar) para transitar hacia un nuevo régimen, pienso que hasta el momento Morena se ha limitado a fortalecerse en el terreno electoral, sin preocuparse lo más mínimo por crear condiciones que permitan (reitero, a mediano o largo plazo) una auténtica transformación social.  Esto está generando una política reformista que propicia el arribismo y el oportunismo. ¿Cómo no habrían de ingresar a Morena cientos, si es que no miles, de ex priistas y panistas, que observan complacidos que este partido no tiene la intención –como creyeron, espantados en un principio—  de  romper con las viejas e inveteradas prácticas del PRIAN?

De seguir así las cosas, creo que Morena puede sufrir el síndrome de la Socialdemocracia Alemana. Este partido, antes de la Primera Guerra Mundial, logró  crear una fabulosa maquinaria humana que le permitió convertirse en el principal partido de ese país.  Pese a contar con un programa teóricamente revolucionario, en los hechos se fue convirtiendo en una organización que no pretendía otra cosa que ganar elecciones, apoderándose del poder político en todas las esferas del poder. ¡Y vaya que lo logró!….¡Pero a expensas del abandono de su programa revolucionario.

Rosa Luxemburg, sin duda el mayor cerebro de la izquierda germana de esa época, advirtió con gran lucidez el riesgo a que podría conducir tal situación :   si el partido continuaba por el camino del reformismo, tarde o temprano abandonaría sus aspiraciones revolucionarias.  Y esto fue justamente lo que sucedió.   Los líderes socialdemócratas, temerosos de perder los privilegios que lograron por la vía electoral, hicieron caso omiso de las advertencias de Rosa,  convirtiéndose en una organización acomodaticia,  complaciente con las clases dominantes.  Lejos de respaldar al movimiento revolucionario que estalló poco después de la Primera Guerra Mundial –teniendo a Rosa Luxemburg como su principal dirigente–  decidió reprimirlo brutalmente, enviando a ésta al paredón, así como a otros líderes socialistas, como Karl Liebknecht.

De ningún modo pretendo forzar las comparaciones históricas:  sólo queremos mostrar los riesgos a que conduce el perder de vista los ideales….en aras del pragmatismo excesivo.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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