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*Por: Dr. José Guadalupe Sánchez Aviña

Iniciamos semana con la noticia de la salida del Secretario de Educación del Gobierno del Estado de Puebla, hecho que se integra al rompecabezas educativo de la entidad; tal vez sería más preciso, si lo refiriera como rompecabezas político-electoral. Sumemos dos hechos en desarrollo que forman parte de la misma puesta en escena:

Manifestaciones y protestas de profesores, que emergen espontáneamente, en tiempos de elecciones sindicales.
Manifestaciones y protestas de normalistas rurales, que se repiten en esta temporada, de cada año.

Tres hechos del ámbito educativo, que, sin ser politólogo, me remiten a móviles ajenos a la promoción de una mejor educación para esa ciudadanía. Todos, jalando agua para su molino ¿y el ciudadano? Que se joda ¿Y el derecho a la educación, de ese ciudadano que sostiene al sistema con sus impuestos? No es relevante ¿Y la educación? Es lo menos importante.

Cada hecho, por separado, merece análisis serio, desde el marco de su impacto social; no es objetivo de este texto breve hacerlo, sin embargo, es necesario señalarlo.

El Estado, hecho gobierno, es el responsable de garantizar el ejercicio de nuestros derechos, desde luego, uno de tal importancia como el derecho a una educación de calidad, que significa la posibilidad de acceso a otros derechos como la salud, el empleo, el bienestar. Todos aquellos actos y actores, que atenten contra la educación, haciendo o dejando de hacer, atentan contra la ciudadanía, a quien deben servicio.

Preocupado y ocupado en asuntos educativos, considero que nos encontramos en momento oportuno, para realizar una evaluación de lo realizado en materia educativa en el estado, en estos tres años de la actual administración; evaluación que incluya iniciativas y sus resultados, pero también, a instituciones educativas, organizaciones detrás de ellas, sindicatos, y desde luego a la secretaría de educación de Puebla, con todo y sus actores internos. La actuación del gobierno, la excluyo de este análisis ya que escapa, por lo menos de manera directa, del ámbito educativo.

Si tan solo tuviéramos un organismo, de investigación educativa, capaz de generar, sistematizar y difundir la información suficiente y pertinente, para emitir una valoración argumentada… pero como bien sabemos, acordes con la época de la ignorancia informada, todo se queda en apreciaciones superficiales que se rinden ante los manejos tendenciosos.

Con todo esto, como ciudadanos, tenemos la oportunidad de ver los verdaderos rostros e intenciones de diversos actores e instituciones, a quienes, lo que menos les importa es la educación.

*Actualmente es director de la Biblioteca Pedro Arrupe SJ., es Doctor en Educación por el Programa Interinstitucional en Educación del Sistema Universitario Jesuita, Maestro en Investigación Educativa por la Universidad Iberoamericana Puebla y Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuenta con diversos estudios en Metodología de la Investigación, Innovación Educativa, Desarrollo de Habilidades del Pensamiento, Habilidades Didácticas y en Desarrollo Humano Integral. Es integrante de la Red Mexicana de Investigadores de la Investigación Educativa, así como de la Asociación Latinoamericana de Filosofía de la Educación. Actualmente, coordina la Red de Homólogos de Educación de la Asociación de Universidades Jesuitas de América Latina.

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