“Nos vemos en El Gallito”, la frase de los poblanos para citarse
“Nos vemos en El Gallito”, la frase de los poblanos para citarse. Foto: Daniel Casas/EsImagen
“Nos vemos en El Gallito”, la frase de los poblanos para citarse
“Nos vemos en El Gallito”, la frase de los poblanos para citarse. Foto: Daniel Casas/EsImagen

“–Hola. ¿Cómo estás Laura?” “–Bien, gracias.  –Vamos”, es uno de los diálogos que se escuchó de dos jóvenes que quedaron de verse en “El Gallito”, ubicado en la esquina del Paseo Bravo y que fue donado por la colonia francesa un día como hoy, pero de hace 100 años.

“Nos vemos en ‘El Gallito’ del Paseo Bravo” es común decir entre poblanos para citarse en el centro de la capital del estado. Y ahí se encuentran, debajo de un monumento, que fue colocado el 27 de septiembre de 1921 para conmemorar la Consumación de la Independencia, el cual tiene un reloj cuyas manecillas, a sus 100 años, funcionan a la perfección.

El Paseo Bravo es poseedor de este monolito, en la esquina de la 11 Sur y Avenida Reforma, que poblanos han hecho un punto de reunión. De manera simultánea o en turno, llegan a diario las personas que miran sus relojes para ver la hora y, en ocasiones, el que se encuentra en el monumento, cuyas manecillas no dejan de girar.

También, desde las 11 de la mañana, Brenda Romero ya se encuentra instalada para atender el puesto de periódicos que se encuentra a lado, donde lleva 20 años trabajando, tiempo en el que ha sido testigo, al igual que “El Gallito”, de citas de jóvenes, adultos y estudiantes, pero también de cómo es utilizado por movimientos como una referencia para iniciar marchas o protestar, pues la avenida es una de las más concurridas de la ciudad.

Paseo Bravo, construido en 1840

A cinco calles del zócalo, en la 11 Sur y avenida Reforma, se encuentra el Paseo Bravo,  un parque, construido en 1840, de casi una hectárea de extensión, cuyo nombre es dedicado a Miguel Bravo, uno de los héroes de la Independencia de México; además de que está rodeado por otros inmuebles importantes: la iglesia de Guadalupe, la Escuela Normal Superior del Estado de Puebla y el Museo del Ejército de la Fuerza Aérea Mexicana.

Al inicio de la explanada del Paseo Bravo, frente a la iglesia de Guadalupe, se encuentra una de sus dos fuentes: una de piso, mientras que la otra está a la altura donde termina una de las vialidades más importantes de la capital, la avenida Juárez.

A pie o en bicicleta, este parque es recorrido sobre la acera de la 11 Sur o la 13 Sur, mientras que otras prefieren cruzarlo para caminar por el pasillo central y poder observar desde ese punto los árboles que tapan el sol.

Guadalupe Mejía, habitante de la capital, acude cuatro veces al mes a este sitio, pues lo considera “muy tranquilo”, incluso desde antes de la pandemia, pues debido a la cercanía del zócalo y el parque de El Carmen, la gente no es tanta.

Dijo que se siente la “familiaridad”, ya que además de que es bonito es un lugar con mucha historia; “es una conjugación naturaleza con arquitectura”, por lo que quien no sea de la capital y la visite debe tener como punto obligado visitarlo.

Otra de las piezas importantes del Paseo Bravo es la Fuente de Motolinía, hecha con talavera y cantera con detalles históricos, entre ellos, que el “Acta Puebla”, reproducida en azulejo.

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Comunicólogo por formación y reportero de profesión en Angulo 7 Noticias desde octubre de 2014. Poblano de Libres radicando en la capital, persona sería y en ocasiones divertida, amante del fútbol...

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