En febrero de 2015, en el Hospital Universitario de la BUAP, a Guadalupe se le realizó un estudio de colposcopia por el Virus del Papiloma Humano (VPH) que contrajo, sin embargo, fue víctima de discriminación, pues su apellido fue cambiado por una palabra despectiva.
Así lo denunció a Ángulo 7 la víctima, quien indicó en entrevista que acudió a dicho nosocomio por recomendación de una ginecóloga que le dijo que en el HU le darían un mejor tratamiento, pues a sus 21 años, Guadalupe era muy joven para una cirugía.
En 2014 le realizaron una el procedimiento de esferolisis, por lo que en 2015 regresó a la colposcopia como parte del chequeo para revisar la cicatrización, la cual recibió su mamá, quien le llevaba su papeleo.
Después de 6 años, Guadalupe empezó a presentar malestares con sus niveles de leucocitos (que ayudan a combatir infecciones y otras enfermedades), por lo que tuvo que enfrentarse a otros chequeos y más tratamientos, así que armó su expediente.
Sin embargo, se dio cuenta de que en la hoja de la colposcopia, en lugar de que apareciera su primer apellido, salió otra palabra sexista.
“Muchas mujeres se enferman por violaciones, las autoridades de salud critican, pero están para ayudar y no es de a gratis; habrá quienes digan que hay razón en poner esa palabra, pero es grosero que estas personas hagan este tipo de cosas sin saber lo que hay atrás de lo que padece una mujer con VPH”, comentó a la vez que hizo hincapié en que la ginecóloga que la atendió siempre le dio un buen trato, además de que los responsables de poner los datos en los estudios eran sus ayudantes.
Dolo con intención de humillar
Al respecto, Brahim Zamora Salazar, del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr), comentó que este es un “claro acto de discriminación” en el que se violentó a una paciente, la estigmatizaron por su enfermedad; vulneraron su derecho de confidencialidad y, encima, provocan un grave daño moral y emocional.
Al indicar que es común ver que instituciones de salud estigmaticen las infecciones de transmisión sexual, sobre todo con el VIH, este caso llama la atención por el nivel al que llegó: “cuando utilizo una palabra referente que estigmatiza a una persona con toda la intención de señalarla, ofenderla y humillarla, estamos hablando de otra cosa, hay dolo con intención de humillar”.
Vio difícil que el hospital pueda argumentar un “error de dedo”, pues esto ocurre con una letra cambiada, pero que haya sido por “distracción es difícil de creer”, razón la que, resaltó, se debe de investigar para reparar el daño con la garantía de no repetición, no sólo con una sanción.
Consideró que el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) debe de tomar cartas en el asunto, mientras que la universidad, con su Comité de Ética, así como el gobierno del estado, a través de un Comité contra la Discriminación, debe de atenderlo, sin embargo, este último no existe, por ello la importancia de que se cree para atender con inmediatez este tipo de casos, es decir, que una institución sea respondiente de inmediato a víctimas.
“Tener VPH a los 19 años es duro porque regularmente en el consultorio ves a puras mujeres adultas, además de que los médicos señalan que eres pequeña para tratamientos más invasivos. También dicen que este virus es ‘machista’, porque en los hombres rara vez se desarrolla la enfermedad, pero sí pueden andarlo pasando a las mujeres con las que están”, finalizó Guadalupe.
