Los centros penitenciarios de Puebla siguen presentando deficiencias, por lo que el estado tuvo una calificación reprobatoria en 2020 con un 5.94, siendo las cárceles de Acatlán, Huauchinago y Zacatlán las que más sobrepoblación, mala higiene y condiciones de autogobierno detectó la CNDH.
De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2020, los centros evaluados en el estado fueron los de Acatlán (5.29), Huauchinago (5.24), Zacatlán (5.76), Tetela de Ocampo (6.12), Tecamachalco (6.61) y Tehuacán (6.63). Los tres últimos aunque también tuvieron deficiencias, por lo menos alcanzaron una puntuación por arriba de 6, es decir pasaron de panzazo.
En el caso de Acatlán, Huauchinango y Zacatlán, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) indicó que los aspectos en los que las autoridades penitenciarias deben mejorar son en la sobrepoblación, deficiente separación entre las áreas femenina y masculina, también se observaron carencias en la alimentación de los internos, mala higiene en las instalaciones y fallos en los servicios de salud.
Delitos al interior de las prisiones
Además de presencia de actividades ilícitas por parte de los reos, falta de capacitación en el personal penitenciario, así como poca actualización y difusión de reglamentos y normatividades al interior de estos centros de readaptación social.
Se observó deficiente separación entre procesados y sentenciados, muy poca o ninguna actividad deportiva, además de actividades educativas, laborales o de capacitación que favorezcan la rehabilitación de los prisioneros.
Otro de los temas pendientes fue la deficiencia en la atención a mujeres y menores que viven con las reclusas, así como a la población penitenciaria adulta mayor y reos con discapacidad, asimismo, el organismo autónomo detectó insuficiencia en programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria de los reclusos.
Para 2020, las cárceles analizadas en los estados de Coahuila y Yucatán fueron las que indicaron que tuvieron menos incidentes de violencia con un evento cada uno, seguidos de Puebla y Tlaxcala con dos cada uno. En el caso de la entidad poblana, los incidentes de violencia al interior de sus prisiones fueron dos suicidios.
Por el contrario, con más actos violentos (homicidios, suicidios, riñas, motines, desórdenes y abusos) estuvieron las prisiones del Estado de México con 204, Michoacán con 153 y Baja California con 86.
Seis estados con calificación reprobatoria
De acuerdo con la CNDH, para la edición 2020 de este diagnóstico se detectaron calificaciones por debajo del 0 al 5.9 en seis entidades. Puntualizó que los centros penitenciarios visitados pertenecientes a los estados de Sonora (5.94), Puebla (5.94), Sinaloa (5.98), Hidalgo (5.16), Tamaulipas (5.24) y Nayarit (4.83) –el promedio más bajo de país—, siguen presentado importantes deficiencias y áreas de oportunidad, por las cuales siguen obtenido evaluaciones por debajo de la calificación del 6, lo cual repercute en la calidad de vida en reclusión de las personas privadas de la libertad.
En cambio, con puntajes aprobatorios estuvieron la Ciudad de México con 8.06, Nuevo León con 8.06, Guanajuato con 8.04, Coahuila con 8, Querétaro con 8.47 y Tlaxcala con 8.1.
