Al haber comenzado a trabajar antes de concretar su carrera en la BUAP, lo cual sucede en cerca de 50 por ciento de los casos, 30 por ciento de estos alumnos terminará por dejar sus estudios sin titularse, al no poder coordinar sus estudios con lo laboral.
Así lo estimó el investigador del Instituto de Ciencias de Gobierno, Wietse de Vries, quien imparte en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) desde hace más de 10 años y documentó que, entre otros más, el encontrar empleo es motivo de deserción.
En entrevista con Ángulo 7, comentó que, según datos recabados en pasados artículos, no se percibe una tasa elevada de desempleo, siendo que cerca de la mitad de los estudiantes ingresa a la vida laboral en sus últimos años de carrera, incluso, hasta dos años antes de finalizar.
Comentó que, si bien esto es una “ventaja” para los estudiantes, termina por repercutir en la universidad, pues los indicadores en cuanto a egresados y titulación se ven afectados cuando el estudiante no concreta la licenciatura que inició.
“Sí afecta; la universidad dice: si están trabajando se van a atrasar, van a tardar en titularse y mis indicadores se ven feos; pero en la práctica es mejor que trabajen por que ya tiene en experiencia y tendrías que reconocer alguna forma de la práctica”, comentó de Vries.
Explicó que el 30 por ciento “no puede combinar trabajo con estudios”, además de que en la BUAP se ofertan horarios que no favorecen a los alumnos que trabajan, lo cual es una queja “frecuente” por parte de los desertores.
No obstante, agregó que una parte de estos estudiantes regresan “años más tarde para titularse”, siendo que -dijo- se aprecia un aumento en cuanto al salario de un egresado con dos años de carrera a otro que obtuvo su grado.
La BUAP oferta tres maneras de titulación: la primera es la “automática” a quien acredita la calificación mínima, por la realización de una tesis, así como la acreditación de experiencia laboral en el campo que el estudiante estudió.
Perfil de egreso marca diferencia entre escuelas
En este sentido, el también docente mencionó que hay una marcada diferencia entre los perfiles de egreso de universidades públicas y privadas, como lo serían la BUAP y el Tecnológico de Monterrey, donde los alumnos ingresan con distintas expectativas respecto a su vida laboral
Mencionó que en el mercado laboral hay empresas que “tienen muy bien ubicado” los requerimientos de sus empleados, aunque también depende de las expectativas de los alumnos, respecto a los puestos que aspiran.
“Empresarios dicen: si quiero un egresado en ingeniería y administración, que reclama mucho, contrato a alguien de la BUAP; en el Tecnológico te van a decir ¿cuánto me vas a pagar? ¿Y qué me vas a dar?, los que contratan tienen muy bien ubicado a quienes contratar”, comentó.
El docente aseguró que la BUAP tiene convenios de colaboración con empresas, además de que se llegan a dar talleres a los egresados para realizar un currículum, de cara a su integración a la vida laboral, aunque señaló que el mercado es “muy volátil” y cambia conforme los años y las licenciaturas que se van creando.
