La humanidad se encuentra en grave riesgo debido al cambio climático ocasionado por el modelo económico capitalista, que, en su afán de obtener mayores ganancias, ha impulsado la producción y consumismo, agotando los recursos naturales.
Así lo indicó el secretario del Movimiento Antorchista Nacional, Aquiles Córdova Morán, quien urgió al pueblo a organizarse, y luchar por un mundo mejor.
Durante su video mensaje semanal, coincidió con las voces que afirman que la “Conferencia de las Partes” (COP26) que se lleva a cabo en Glasgow, Escocia, como las anteriores, no resolverá el problema del cambio climático. “Pues el mal del sistema capitalista es orgánico, la enfermedad es congénita, inmanente a dicho sistema, y dentro de su ámbito y bajo sus reglas, no hay salida. El remedio está en un cambio radical del modelo productivo actual, un nuevo paradigma de desarrollo social que racionalice el uso de los recursos del planeta y que produzca solo lo indispensable y en beneficio de todos”.
Recordó que, en 2015, los líderes de casi 200 países firmaron el “Acuerdo de París” en el cual, por primera vez, países ricos y pobres se comprometieron a trabajar para frenar el cambio climático.
Además, acordaron que los países industrializados aportarían 100 mil millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a reducir sus emisiones, ya que estos, más que culpables, son víctimas del calentamiento. Ningún país ha cumplido las metas que se autoimpuso ni ha cubierto la parte de los 100 mil millones de dólares que le corresponde. En cambio, durante la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos se retiró del “Acuerdo de París”, desconociendo la firma y el compromiso de su país con el combate al cambio climático. “Mientras tanto, el reloj del desastre sigue andando y ya nos hallamos, como a solo 4 décimas de grado centígrado de la línea roja”, agregó.
De acuerdo con científicos del clima, el aumento global de la temperatura promedio de la tierra se calcula hoy en 1.1 grados centígrados, y que, según los científicos, el límite máximo es 1.5 grados centígrados. Esto quiere decir que quedan solo cuatro décimas de grado Celsius y, si se rebasa imprudentemente ese límite, la catástrofe se volverá inevitable e irreversible. Todo lo que hagamos después de cruzar esa raya roja será absolutamente inútil, explicó Córdova Morán.
“Tormentas arrasarán con siembras”
Esto quiere decir que, si la temperatura de la tierra sigue aumentando al mismo o mayor ritmo que el de hoy, esos desastres también se harán más frecuentes y más destructivos, habrá sequías, tormentas y ciclones que, actuando alternativamente, arrasarán con siembras y cosechas, volverán casi imposible el cultivo de alimentos y desencadenarán hambrunas y pestes más mortíferas y masivas que la Covid-19.
También se pronostica el deshielo de los casquetes polares, que elevará el nivel del mar varias decenas de metros sepultando totalmente a los países insulares; el agua de los mares se calentará más y acabará no solo con los admirados y útiles arrecifes de coral, sino tal vez toda la vida marina, haciendo de nuestros océanos inmensos lagos muertos y fétidos. La vida de casi ocho mil millones de seres humanos se hará prácticamente imposible.
El líder social expuso que mientras más productos, más mercancías de todo tipo vendan (sin importarles si son útiles o no, indispensables o no, benéficas o perjudiciales para el consumidor) mayores serán sus utilidades y mayor su riqueza acumulada. “Por lo que son ellos quienes han creado, y fomentan cada día más, lo que ha dado en llamarse consumismo, es decir, la compulsión a comprar y consumir por el simple placer de hacerlo, aunque no lo necesitemos realmente”.
De tal forma que el consumismo no es biológico, no se hereda ni se nace con él, es fruto de la educación, la cultura, la influencia social y la manipulación a través de los medios de propaganda y difusión en el seno de las cuales nace y se desarrolla el individuo.
“Así pues, el consumismo es resultado de la necesidad de los señores del dinero de vender toda la mercancía que producen, la mayor parte de la cual no es indispensable para los consumidores. Hay que preguntarse entonces, ¿por qué los dueños de las fábricas, es decir, los productores de mercancías se empeñan en producir cosas superfluas y luego despliegan todo su aparato de propaganda y manipulación para lograr que el pueblo las compre y las consuma? Sencillamente porque, con cada mercancía que venden, obtienen una ganancia; y mientras más mercancías vendan, esa ganancia será mayor y su acumulación de riqueza también.
Por lo anterior, “una verdad es clara y sencilla: el primero y último responsable del cambio climático y la catástrofe que nos amenaza es el hambre de ganancia y de riqueza de los grandes capitales mundiales, que son los que han intensificado innecesariamente la explotación de los recursos naturales del planeta, como los hidrocarburos, los minerales, los bosques, los mares, el agua dulce, etc., y han acelerado con eso la emisión de gases de efecto invernadero y el calentamiento global”.
Finalmente, Córdova Morán dijo que “el cambio no llegará solo, y es tarea del pueblo organizado luchar por su derecho a un mundo mejor. Aquí tenemos una nueva y urgente tarea, una razón más, y muy poderosa, para organizarnos y ponernos en marcha en pos de una vida mejor”.
E: DJ