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Genoveva Huerta le apuesta a la misoginia panista para poder reelegirse al frente del PAN

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que Genoveva Huerta Villegas fue quien gestionó que el Comité Ejecutivo Nacional panista determinara que el próximo dirigente del partido sea mujer, por un asunto de paridad de género, sabedora de que en el albiazul no hay cuadros femeninos –disponibles—que puedan emerger como candidatas fuertes para disputarle la presidencia del PAN en Puebla.

En el entorno de Huerta Villegas se cuenta que la dirigente albiazul tiene muy claro que eran nulas sus posibilidades de derrotar, en una contienda abierta y con candidatos mixtos, a los aspirantes Rafael Micalco Méndez y sobre todo Marcos Castro, pues el segundo venía caminando ya con un fuerte apoyo de la militancia albiazul de todo el estado.

Incluso también se veía derrotada ante la posibilidad de que el líder histórico del partido de derecha, Francisco Fraile García, mejor conocido como “el Pastor”, tuviera la tentación de buscar por enésima vez ser dirigente del PAN para el siguiente periodo del Comité Directivo Estatal.

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Toparse contra pared

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que los grupos delictivos han empezado a toparse contra la pared, en el gobierno de Luis Miguel Barbosa.

Antes era fácil, movilizar a los suyos, disfrazarlos de “sociedad” con mujeres y niños por delante, para presionar a las administraciones priistas y panistas a “negociar” la pax de los pueblos.

Dejarlos operar con tal de no afectar los intereses políticos y económicos de los gobernantes. Así, tomaron fuerza los Toñín, los Valencia, los Grillo y demás personajes.

En épocas electorales, eran utilizados para financiar candidaturas o servir de halcones electorales con el propósito de consumar el fraude. Ahí están las experiencias en Puebla en pasados comicios.

Las cosas ya cambiaron. Incluso, autoridades de seguridad han sido removidas fulminantemente apenas sabe el gobernador de sus malos pasos. Aparece el ejemplo de los chiapanecos en Seguridad Pública.

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Gobiernos y pandemia

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que no, no todos los niveles de gobierno han reaccionado igual en tiempos de pandemia.

Aunque el federal se ha erigido desde el principio, como el eje rector de las políticas públicas y medidas para contener los contagios, en los hechos, existen diferencias importantes en su actuar, comparado con el de muchas entidades federativas.

Inclusive en estados gobernados por el mismo partido.

Puebla por ejemplo.

El estado, a partir de la determinación de cerrar actividades productivas, se caracterizó por ser uno de los que actuó con más cautela y preocupación.

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Desaforados, pero… ¿quién arrastró a quién?

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que el histórico desafuero a dos diputados poblanos tiene muchas aristas, sin embargo, me sigo cuestionando si los legisladores habrían llamado a cuentas a Mauricio Toledo por el presunto enriquecimiento ilícito, si el caso de Saúl Huerta no se hubiera ventilado en medios nacionales.

Las acusaciones en contra del morenista por los dos jóvenes, los audios de la llamada telefónica donde pide que “no lo destruyan”, las pruebas reveladas por la Fiscalía de la Ciudad de México y hasta los testimonios hemerográficos, que recuerdan que antes también hubo otros abusos; no dejan duda a que existen elementos suficientes para la investigación y detención.

A la par, Huerta Corona enlodó a Morena, justo cuando AMLO se entercaba en que un violador fuera gobernador de Guerrero; por ello y por la gravedad del presunto delito, el caso acaparó los reflectores nacionales, lo que obligó a que los diputados —incluido su defensor Nachito Mier—, tarde y con fallos, aprobaran el desafuero.

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