Al Sur del corazón de la ciudad de Puebla se ubica “El Carmen”, un barrio antiguo y emblemático que, durante el siglo XIX, alojó el Panteón de Santa María del Carmelo, uno de los panteones más importantes y con mayor extensión de la capital.
Hoy en día, sobre estás calles se ubican diversos negocios y tiendas, en su mayoría, papelerías, imprentas y cafeterías, además, diariamente transitan miles de autos y personas en una área que en dicho tiempo era considerada uno de los límites de esta ciudad.
En entrevista con Jorge Armando Castañeda, vecino desde hace 40 años y conocedor sobre la historia de la colonia, contó que la zona anteriormente era muy diferente, pues era conocida por alojar uno de los panteones más importantes, construido alrededor de 1844 por las carmelitas a un lado de la Iglesia de la Virgen del Carmen.
De acuerdo con su testimonio, el lugar que era llamado Panteón de Santa María del Carmelo estaba ubicado a un lado del atrio y huertas, ocupaba las cuadras que van desde la 16 de Septiembre y hasta la 4 Sur.
La gente, agregó, tenía una conexión importante con el camposanto, pero poco a poco se fue perdiendo pues el tiempo de vida de este lugar fue corto, a pesar de esto, llegó a saturarse y por el crecimiento de la población tuvo que ser clausurado en 1880 y después derrumbado a inicios del siglo XX.
Muestra de la existencia del panteón es que debajo de los inmuebles que fueron construidos posterior a su demolición se han encontrado huesos humanos, entre otros vestigios.
“En esta casa (ubicada en la 15 oriente) hemos encontrado cadáveres enterrados, en unas zapatas, eran dos, uno de un niño y otro de un adulto. Estábamos haciendo una remodelación y los encontramos, pero de la misma manera ha sucedido en otras casas alrededor; suponemos que fueron los cuerpos que olvidaron cuando fueron trasladados al Panteón Municipal cuando fue demolido”, agregó.
Era una colonia familiar
Armando Castañeda, quien vive en el número 217 de esta calle, en una casa de 101 años de antigüedad, señaló que la vida de El Carmen ha cambiado de manera drástica, al decir que era una zona tranquila y totalmente familiar.
“Ha cambiado mucho, hace 40 años era una colonia familiar, más que comercial, tú podías salir y ver a la gente caminando, yendo a la iglesia, y sin ningún problema, todo era muy tranquilo”.
Uno de los cambios que ha tenido esta zona ha sido la parte comercial, pues en un principio las casas eran ocupadas para vivir, pero poco a poco llegaron algunos establecimientos como pequeñas tiendas de productos cotidianos, así como ferreterías y tlapalerías, muy diferente a como es hoy en día.
Por el encarecimiento de esta zona y por privilegiar la parte comercial, la mayoría de las personas ha abandonado la colonia, al comentar que el 80 por ciento de la gente que originalmente llegó, ha emigrado a otras zonas, al sur de la capital.
A pesar de lo anterior, la colonia sigue manteniendo parte de su esencia que se puede ver en las casas, en su iglesia, en las tradiciones como la procesión en honor a la virgen que se realiza cada Semana Santa y en la gente que aún persiste.
