*Por: LNC. Atzi Portilla Solís

El Covid-19 es actualmente una amenaza para la salud pública a nivel mundial. Fue identificado por primera vez a finales del año 2019 en la Ciudad de Wuhan, China. Los signos y síntomas más comunes de esta enfermedad son la fiebre, tos seca, astenia, adinamia, dificultad respiratoria, desaturación, dolor retroocular, cefaleas y malestar en general. Aunque no hay que olvidar mencionar que incluso puede ser asintomática.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que, en México en el 2020, se registraron 1 086 094 defunciones, donde se encuentra en segundo lugar la causa de muerte por Covid-19 con 201 163 (18.5 por ciento) muertes, y se sabe que al menos el 20 por ciento de los pacientes infectados necesitará hospitalización, rebasando la capacidad de nuestros recursos médicos en los hospitales.

Actualmente, el gremio científico/médico se encuentra desarrollando nuevas estrategias para el tratamiento de Covid-19. Desde hace años se han estudiado vitaminas y minerales, y se encontró que en dosis más altas conocidas como “dosis terapéuticas” tienen efectos antioxidantes, antiinflamatorios e inmunomoduladores, que ayudan principalmente a reducir el estado de inflamación ocasionado por las enfermedades. Las vitaminas y minerales de las cuales se han estudiado estos efectos son la vitamina A, C, D, E; minerales, el zinc y el selenio; además de otros nutrimentos como el omega 3 y la fibra. A continuación, se explica un poco de las propiedades que se han estudiado en las vitaminas de interés para el presente artículo.

La vitamina C, o ácido ascórbico, es un nutrimento soluble en agua, su ingesta diaria recomendada es 40 – 85 mg. Actúa como antioxidante y es de los más estudiados, con un papel importante en el sistema inmunológico adaptativo, en donde ayuda a la producción de anticuerpos, por lo que su ingesta reduce la incidencia y gravedad de enfermedades infecciosas respiratorias, con dosis de 2000 mg hasta 8 g. Se sabe que la vitamina C reduce los niveles de inflamación ocasionada por el Covid-19, por lo que se ha recomendado una pronta suplementación con esta vitamina en dosis altas como prevención de neumonía por dicha enfermedad.

La vitamina D en su forma activa conocida como calcitrol, es reguladora de calcio y del sistema inmunológico, se recomienda una ingesta diaria de 5 – 15 mg. Ensayos clínicos sobre la vitamina D y su efecto en un metaanálisis demostraron que niveles sanguíneos de vitamina D de 30 – 34 ng/ml disminuyen el riesgo de adquirir Covid-19. La Autoridad Irlandesa de Seguridad Alimentaria aconseja la suplementación diaria de vitamina D en adultos mayores con Covid-19 en dosis terapéuticas de 20 – 50 mg.

Las formas principales de la vitamina E son los tocoferoles y tocotrienoles, su ingesta diaria recomendada es de 7 – 10 mg. Esta vitamina regula la maduración y funcionamiento de células inmunológicas (células dendríticas, NK, linfocitos B y T) y anticuerpos. Se ha estudiado que la suplementación con vitamina E reduce la incidencia de enfermedades respiratorias. Todavía hay poca información sobre los efectos de suplementación en humanos con infección por Covid-19, sin embargo, se proponen en nuevos estudios dosis terapéuticas de 50 a 200 mg como tratamiento de Covid-19, los cuales aún requieren soporte científico.

En conclusión, las vitaminas C, D y E son y serán siguiendo estudiados por sus efectos inmunológicos y beneficios en el tratamiento contra COVID-19. Dosis que alcanzan el índice diario recomendado ayudan a disminuir la incidencia para contraer COVID-19, mientras que dosis altas (terapéuticas) son utilizadas como efecto coadyuvante al tratamiento médico. Por lo que se puede inferir que el mal estado nutricional y el bajo aporte de estos micronutrimentos pueden estar contribuyendo a una mayor prevalencia y morbimortalidad de la enfermedad. Por lo que se aconseja a la población en general llevar una dieta variada, que aporte la ingesta diaria recomendada de todas la vitaminas y minerales. Y sólo en casos terapéuticos se indicarán dosis altas, las cuales deberán ser prescritas y supervisadas por un equipo médico-nutricio.

*Es Licenciada en Nutrición Clínica por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, tiene un diplomado en Especialización en Nutrición Clínica Pediátrica y Neonatal y es estudiante de la Maestría en Nutrición Clínica en la Universidad Iberoamericana Puebla. Realizó su servicio social en el Hospital General Dr. Manuel Gea González de la Ciudad de México, rotando por las áreas de Medicina Interna, Cirugía General, Terapia Intensiva, Pediatría y Sala de Lactancia Materna. Actualmente se desempeña como Nutrióloga Clínica en el área privada.

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