Pese a la pandemia, el sector agroalimentario logró crecimientos de dos por ciento en 2020 y 4.5 por ciento en el primer semestre de 2021; para el cierre de este año, se espera un acumulado de 292.8 millones de toneladas, aunque el reto a futuro es la sustentabilidad.
Así lo dio a conocer este jueves el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula, durante su comparecencia ante el pleno de la Cámara de Diputados como parte de la glosa al Tercer Informe de Gobierno.
De acuerdo con las cifras de la dependencia, en 2020 la producción de alimentos fue de 290.7 millones de toneladas, 2.7 millones más que en 2019, por lo que para este 2021 el aumento sería de 2.1 millones de toneladas.
El funcionario atribuyó dicho crecimiento a la pertinencia de los dos grandes objetivos del Gobierno de México para el sector agroalimentario: el primero es el rescate del campo como fuente de bienestar.
Consiste en dar apoyos directos y sin intermediarios a los productores de pequeña y mediana escala, quienes producen más del 50 por ciento de los alimentos que se consumen en el país. El lema es “damos de comer a quienes nos dan de comer”.
El segundo objetivo es fortalecer la soberanía alimentaria, para lo cual se busca reducir la dependencia de importaciones de productos básicos como maíz, frijol, arroz, leche, carne de cerdo, res y ave, a fin de garantizar a toda la población el derecho constitucional a la alimentación.
En dos, 800 mil salen de pobreza rural
Entre 2018 y 2020, los programas prioritarios en el campo contribuyeron a que la pobreza rural disminuyera en 800 mil personas, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El secretario subrayó que, en materia presupuestal, la Sader ha ejercido los recursos asignados con honestidad y evitando la corrupción. A septiembre pasado, se ejerció el 98.7 por ciento del presupuesto programado de la Secretaría.
Producción sustentable, el reto
Además de la producción, el funcionario señaló que existe el reto de que esta continúe alimentando a una población en permanente crecimiento, pero de manera sostenible.
Este objetivo incluye disminuir la huella hídrica, incrementar la captura de carbono, reduciendo la emisión de gases, y preservar la biodiversidad sin disminuir la capacidad productiva.
Consideró necesario recuperar la salud de los suelos dedicados a la agricultura con políticas públicas y marcos normativos que permitan revertir su acelerado deterioro, a la par de la implementación de buenas prácticas agrícolas, como la labranza de conservación y la rotación de cultivos.
Expuso también que se tiene que trabajar bajo un enfoque que incluya, de manera integral, a la salud humana, la sanidad agropecuaria y la salud del ambiente y los recursos naturales, con la innovación y la tecnología.
Cambio lo define México, no empresa
No obstante, remarcó que “el cambio de paradigma productivo lo definimos exclusivamente los mexicanos, no otros países ni empresas transnacionales”
Bajo esta premisa, sostuvo que el Estado mexicano no puede ni debe renunciar a su papel de promotor y regulador de las relaciones económicas en el campo mexicano.
