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Cartas a Gracia

Dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación anunciarían la realización -desde mayo del 2021- de un “balance de la reforma educativa aprobada en la actual administración federal y sus leyes secundarias” (shorturl.at/isuK8), comentaría Laura Poy, reportera del periódico la Jornada. A casi tres años del ejercicio de la actual administración, la dirigencia del CNTE persiste en su demanda por cancelar a “la mal llamada reforma educativa”, a pesar de reconocer la eliminación de las evaluaciones punitivas realizadas por Enrique Peña Nieto. No obstante, quienes externan estas diferencias, permitirían recordar los “10 compromisos por la educación en México” que, el entonces candidato a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador, estableciera el 12 de mayo de 2018 en Guelatao, Oaxaca.

Prometería que se cancelaría la mal llamada reforma educativa y que se detendrían las “afectaciones laborales y administrativas al magisterio nacional”, y que habría justicia “para cesados injustamente, para presos políticos y para las víctimas de la violencia”, pero sobre todo por tema que nos interesa, la promesa de justicia a “la imposición de la mal llamada reforma educativa” y el anuncio -cumplido con creces- “de iniciativas de reformas a las leyes que vulneran la dignidad y los derechos de los maestros de México”.

A la promesa etiquetada con el numeral 6 Gracia, que ya te reseñara en el parágrafo anterior, se sumarían otras 9: las promesas para fortalecer -incremento de presupuesto real- a “la educación pública gratuita y de calidad en todos los niveles escolares”, aunque en superior se encuentre constitucionalmente limitado a las posibilidades de hacerlo; en los incisos 1) y 2), la entrega de alimentos –probablemente desayuno y comida- a todas y todos los niños “en todas las escuelas de educación básica de las zonas pobres y marginadas del país” clasificadas por el CENEVAL como zonas de pobreza y pobreza extrema; 3) becas estudiantiles para quienes asisten a escuelas de educación media y superior, a quienes de acuerdo al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, se les destinarán 34.4 miles de millones de pesos; y, adicionalmente 4) otras que se destinarían para estudiantes de escasos recursos inscritos en educación superior y una promesa más que otorgaría el 100 por ciento en la inscripción para todos los universitarios.

Andrés Manuel en los compromisos, no se olvidaría de las Escuelas Normales y de la Universidad Pedagógica Nacional; en el numeral 5, establecería la “prioridad […] para actualizar los métodos de enseñanza, aprendizaje y mejorar la calidad de la educación”. El compromiso 7 se vincularía con el 6, asumiendo la elaboración conjunta de “un plan educativo que mejore, de verdad, la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio. ¡Nunca más una reforma educativa sin el magisterio!”.

En la declaración de Guelatao, el entonces candidato, se comprometería (inciso 8) a respetar “la independencia y la autonomía de los trabajadores de la educación en México”. La no intervención pretendería garantizar “una plena democracia sindical”, prometiendo implícitamente fomentar la democracia como forma de vida y como forma de gobierno, extendiendo su ámbito de acción a la familia, la comunidad, “democracia en el sindicato”, en la escuela y en el país. El compromiso 9) asumiría la incorporación de “las propuestas alternativas de educación que cada entidad federativa ha impulsado, como el plan para la transformación del estado de Oaxaca”, al tiempo en el que se comprometiera a apoyar la educación indígena “respetando y preservando las lenguas, las tradiciones, las costumbres, el medio ambiente y la organización social comunitaria”, y finalizaría con el compromiso 10) con la oferta para acabar con el viejo vicio “del cobro de cuotas que pagan los padres de familia”, so pretexto del mantenimiento de la infraestructura educativa; aunque, a gran parte del personal docente y directivo, no le falten subterfugios para justificar, entre ellas, algunas indispensables para el funcionamiento de las instituciones escolares, como el pago del teléfono, la luz y el agua; otros francamente banales, como los estipendios que aún cobran la mayoría de las direcciones y supervisiones escolares y que les servirían, en parte para poder operar y en parte para su santo, y por último, algunos francamente risibles solicitadas para organizar los concursos de escoltas y los deportivos, que la mayoría de maestros de educación física se embolsa. Menuda promesa.

Sin embargo, Gracia, trabajadores de la educación afiliados a la CNTE descalifican a Delfina Gómez, con la que dicen no llegar a ningún acuerdo y por lo tanto, insisten en reanudar el diálogo directo y las mesas de negociación con el presidente, suspendidas por 18 meses, lo mismo que en la cancelación la reforma educativa de Peña Nieto “de la que persiste un 80 por ciento” (shorturl.at/uzAR1). Tal pareciera que el balance prometido por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ya se ha realizado y que su percepción de las políticas públicas asumidas por la administración, es negativa y que su conclusión, se daría por intermedio de un dirigente de la Sección 7 de Chiapas, quien se preguntaría y se contestaría: ¿Es cierto que se abrogó la reforma educativa? ¡No! Entonces, seguiremos en esta lucha y en esta batalla (shorturl.at/uzAR1). Tal pareciera que la dirección de la CNTE se radicalizaría y que se prepararía para lo que venga, mientras que AMLO privilegia el parecer de las y los maestros de base.

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